
Eran, exactamente, las 14 horas, 14 minutos y 32 segundos, del día 28 de Noviembre del año 2007, es decir, sólo hace unos días, cuando sucedió algo insólito.
Todavía lo recuerdo y, como en aquel momento, se me ponen los pelos de punta.
Se hizo la noche en un día soleado. Estaba allí y lo puedo atestiguar. Se levantó un ligero rumor que fue creciendo hasta hacerse ensordecedor. Pude observar como la punta del espigón que cierra el pequeño puerto de Cudillero (Asturias), por su parte oriental, comenzaba a elevarse ligeramente, apuntando con su proa al Mar Cantábrico.
Sus negras farolas estaban apagadas. Era de día, he dicho. Su metálico señalizador rojo no emitía ningún destello.
Absorto seguía el lento movimiento del espigón hacia el mar… mar en calma, salpicada de suaves olas generadas por un rumor intenso procedente del espíritu de la tierra.
Al parecer, había decidido conocer otros puertos de otros mares y océanos. Ya estaba cansado de estar tan sujeto a su destino. Había oído demasiadas historias contadas por aquellos rudos marineros, a los que conocía desde hacía varias generaciones.
Decía que tenía el alma húmeda y salada. Había aguantado demasiadas galernas y lágrimas de mujer. Pensaba. Pensaba que podría llegar a lugares con climas cálidos que secaran el verdín que afeaba su pétreo cuerpo. Pensaba… Imaginaba… Soñaba…
Y, mientras, unas humildes lanchas multicolores no daban crédito a lo que estaba sucediendo. Ellas, y sólo ellas, eran las autorizadas a salir del puerto.
El espigón se alejaba parsimoniosamente, jaleado por dos docenas de gaviotas, mientras un perro husmeaba las ajenas farolas. Se le notaba alegre al emprender esta aventura, la única de su vida, aún cuando notase el dolor del despego a la tierra que le vio nacer. Ésta, agarrada a sí misma, desgarrada, dejaba caer lágrimas de piedra y manto vegetal que se sumían lentamente en las aguas, donde algunos peces, se preguntaban acerca del raro acontecimiento.
En tanto ésto acontecía, yo, muy impresionado, seguía la escena con la cámara.
Luego, enfoqué y disparé.
Sonó un digitalizado chasquido mecánico y aparté la mirada del visor.
Era un día soleado de fines de Noviembre y soplaba una ligera brisa marina.
Y me fui a comer a Luarca, que estaba sólo a dos pasos.
Mientras comía, la cámara, colgada de una de las sillas, me musitaba palabras que no comprendía. Creo que me decía que ella también había sido testigo de algo excepcional y me suplicaba que le prestara algunas palabras.
Sí. La foto fue realizada en el horario exacto que he dicho
Recupero "El espigón", publicado en O.V.N.M - La Mirada Ausente.
No me gusta dejar a la deriva mis viejos posts por lo que, de tiempo en tiempo,
recuperaré alguno de ellos tratando de no abusar de vuestra paciencia. Gracias.
:::Post 199 CR011/081028 - Post 078 LMA 012/071204 El espigón
:::foto: Espigón de Cudillero (Asturias) 071128 - Un precioso puerto pesquero
:::Canon S3IS - f/0 - 1/0 seg - 0 mm*
:::música: Fleetwood Mac - Albatross