17/3/19

847 - Krunoslav




Krunoslav, el que es coronado de gloria.

así se llamaba. Krunoslav. No le pregunté por el apellido pero sí me dijo lo que significaba su nombre.

era una persona perfeccionista. Mucho.
Había estudiado una carrera de artes y oficios, o algo que me pareció similar, que no conozco el sistema educativo de su país y, por tanto, no puedo detallar algo más concreto.

me lo encontré haciendo lo mismo que yo. Mirando por la ventana hacia el interior de su berbernica, su barbería, vamos. Percibí en sus claros ojos una mirada nostálgica. Al darse cuenta de mi interés, y de como yo recorría con la mirada, minuciosamente, el interior de su local, rompió a hablar.

no detallaré todo lo que me contó, solo diré que fue toda su vida, desde la afortunada infancia, que disfrutó, hasta cuándo y cómo decidió montar su barbería, dificultades económicas incluidas... (*)

llegó al momento crítico de su historia, el momento en el que a pesar a tener solo 55 años toma la drástica decisión de cerrar su negocio. Negocio que iba viento en popa. Sus clientes tenían que citarse telefónicamente, con antelación suficiente, por la abundancia de solicitudes, y siempre recibía a uno cada treinta minutos. No tenía un horario ni intensivo ni extensivo, solo seis horas diarias, repartidas por igual en mañana y tarde. Comenzaba el trabajo a las 10:15 de la mañana y a las 16:15 de la tarde. además, no tenía inconveniente en cerrar ocasionalmente, para descansar o irse de vacaciones. Se lo tomaba todo con calma...

era muy ameno con los clientes. Tenía la habilidad de seguir todo tipo de conversaciones, y de saber ‘navegar’ cuando éstas se dirigían por derroteros peligrosos, como fútbol, mujeres, política o religión. 

no recuerda haber tenido ningún incidente con cliente alguno... pese a que siempre hay clientes bastante impertinentes.

dándose cuenta de que yo era un turista, y por tanto de paso, y que miraba continuamente a sus compañeros de viaje, abrevió. Me confesó su secreto, lo que él consideraba un gran secreto, que no conocían ni su familia, ni amigos y vecinos.  Me confesó el motivo del cierre de su barbería, algo que a nadie había confiado.

ya lo he dicho, Krunoslav era un perfeccionista. Cerró su querida barbería cuando descubrió que una de las hermosas lunas, en las que sus clientes seguían su primoroso trabajo, se había roto... lo suficiente.

cuando lo dejé me di cuenta de que no le dije que ese problema podría haberlo arreglado fácilmente, habiendo encargado una nueva luna.

no sé si le hubiera servido para algo el consejo



(*) si sois muy curiosos podéis inventaros todo este párrafo



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847·CR324·190317 · Krunoslav ©2019  
w'120617-021-Croacia ©2012
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37 "j i r o n e s del c r i s t a l":

Fernando Álvarez :

Jeje! Es un relato genial para una magnífica foto Alfonso. La barbería es auténtica, me encantan los reflejos de los espejos, sobre todo del que no está roto.
Un abrazo y buena semana

José Ramón :

Buen trabajo Saludos

Miradas desde mi lente :

Son algo parecidas a las antiguas Barberías que había antiguamente en este país y que podemos ver en películas antiguas.

Muy interesante la fotografía y muy bien expuesto el retrato...yo no le añadiría nada más.

Besos

Tracy :

Me gustan las barberías. ahora parece que están volviendo MUY BUENA ENTRADA.

Laura :

Que linda historia, la barbería tiene encanto (al menos, en la foto) lo has sabido captar. Besos

Marina :

Osea que el corte de pelo inexplicable con el que volviste del viaje, fue ese señor el que te lo hizo, y, supongo que te dejaste, porque tu mirada azul se miró en su mirada azul...¡¡¡ay Señor si Gustavo A. levantara la cabeza!!!

B9B siempre.

La utopía de Irma :

Bonita foto, las historia de fondo me ha encantado, el final imagino que habrá que esperar que sean las ocho en punto...

Besines utópicos, Irma.-

El pare :

Las barberias, no las peluquerias actuales, tienen generalmente un encanto singular, esa, sin duda, es un buen ejemplo.
El barbero está acostumbrado a escuchar vivencias ajenas, en esta ocasión ha sido él quien explicó la propia y tu recoges el guante y nos deleitas con un relato bien ilustrado.
Un abrazo.

Anaximandro :

Es una de esas barberías en las que no me importaría afeitarme por el original escenario. Buena foto y buen relato.
Un abrazo.

Tesa Medina :

Me encanta el relato, Alfonso, como nos ha ido llevando de la mano hasta esa luna rota, culpable de la melancolía de Krunoslav. Y es que ser perfeccionista en un mundo tan imperfecto es un lastre enorme.

El relato es un traje a medida para esta estupenda foto, Alfonso, con un procesado impecable con muchos detalles para difrutar.

Me fascinan las cortinas, supongo que por si hay algún cliente con mala cara que prefiere no verse, o quizá por alguna tradición social o religiosa...Se me ocurre Semana Santa, o en momentos de luto...o de resaca...

Un abrazo, guapo, pásalo en grande hoy y siempre.

josep :

Un gran relato, me encanta como hilvanas y transmites estas histórias.
La foto hace justicia al maravilloso texto.
Un fuerte abrazo Alfonso

Lady Fi :

A nice atmosphere!

Luis Serrano :

Una foto llena de color y de pequeños detalles que la hacen grande y muy vistosa.
El relato me gusto mucho Alfonso.
Un abrazo

Esmeralda :

Magnífica foto, esas barberías tienen historia propia ...
es lo que tiene la melancolía , a veces no te deja ver 'el bosque'...
si le hubieses aconsejado el cambio de cristal (y te hubiese entendido) , continuaría con su barbería... usted es muy convincente ...

Un abrazo Alfonso
PD:
Mañana una copita de cava a tu salud

Tawaki :

Me pregunto qué tienen las barberías antiguas que nos atraen tanto a los que gustamos de la fotografía. Quizás sean témpanos que se soltaron desde hace tiempo y navegan ahora a la deriva, mostrándonos un pedazo de la realidad que fue. Espléndida toma.

Trini Altea :

La foto es magnifica. Que tengas buen día

Jesús Castellano :

Me gusta el lugar y la foto que le has hecho, con una luz (para mi gusto) muy acogedora, el texto pone el "broche de oro" a este post .

Saludos.

MoniRevuelta :

Es magnética esta entrada, ñOCO. Impresionante, hiperatractiva para mí, perdona si soy pedante. Desde el primer momento me fijé en todos los detalles y los colores, e inmediatamente en la luna rota. No vale cambiarla para alguien con un alma libre y con ese nombre. Si se rompe, se cierra. El reloj marca las once menos veinte. Me pregunto si se pararía ahí.
Me ha encantado, tanto la foto como el texto. Y, por supuesto, Krunoslav.
Dos besos;)

Ginebra :

Barbería con solera, con ese poso de años afeitando y arreglando barbas y cortando el pelo. Lo que no me cuadra es el motivo del cierre, creo que ahí te coló un buen gazapo, querido Alfonso... en fin, la historia me gusta, con reto incluido para curiosos (aunque el reto es fácil en el sentido de que todas las pequeñas empresas cuando empiezan sólo tienen obstáculos y trabas burocráticas y económicas) y la barbería es especial por el tiempo que se ha detenido en su interior.
Besos, amigo

Guillermo Palacio :

Bonito relato acompañado de una preciosa fotografía. La barbería de Krunoslav está llena de objetos que te transportan a tiempos pasados, que sin lugar a dudas fueron mejores.

Un saludo.

volvo :

Juas!!!! eres un detallista, Alfonso!! eso de dejarnos un párrafo * para meternos en el relato... no tiene precio.

Me hubiese encantado verle la cara leyendo *las posibles versiones de su vida.

Te dejo un abrabeso.

oteArt :

ya me parecia idilico....que lujo!! que no te corten el pelo por facebook....solo le falta el varon dandy jaja. saludos

Juan Carlos :

En una barbería como esa y con tal barbero me cortaría el pelo cada 15 días en vez de... Preciosa foto y genial texto.

Salu2

Angel Sánchez-Marco :

Memoria visual en un espacio envolvente
como una cápsula del tiempo.
Magnifica!!.
Un abrazo

b:Deíca-r :

Ese barbero no tiene un pelo de tonto y, por su historia, de ser cierta, te tomó el pelo; en todos los sentidos

Emiliano Blanco :

Estaba buscando una excusa y la encontró, ... y además se justificó.
Estupendo trabajo, tanto fotográfico como literario.
Un abrazo Alfonso.

Manuela Fernández :

Tal vez lo entendiese como una señal de que debía terminar una etapa para comenzar otra. El Universo nos envía señales y pocas veces les hacemos caso, tu barbero sí lo tuvo en cuenta.

Jordi López Pérez :

Buen trabajo de edición y fotografico, Alfonso.
Un abrazo.

El tejón :

A veces estaría bien que nos mirásemos en un cristal roto, ¿quién sabe si así fuéramos capaces de ver nuestras imperfecciones.
Krunoslav, ¿me cortaría a mi el pelo?.
Abrazo.

Catalin :

Everything is ready. Frame very well chosen.

Contadora de Libros. :

Como para no quedarte un rato viendo el interior.
Ese contraste de colores intensos y esa particular decoración, nos sitúa en el país con facilidad.
Una foto muy buena.
Me encanta la manera en que retratas a golpe de click, la esencia del lugar. Y de las personas que están detrás, porque aunque no se vean, nos regalas su visión a través de la tuya.
De tu percepción, de tu experiencia y sobre todo de tu sentir.
Claro que podemos rellenar ese párrafo, y muchos otros. Pero leerlo salir de ti, es impagable :-)

Feliz domingo.
Un beso!

Ildefonso Robledo :

Precioso, amigo... Nos has llevado a otros tiempos, no tan alejados...

Un abrazo

Antonio Rodriguuez :

La perfección le llevó al cierre. Otros hubieran aguantado hasta que se cayera a trozos la barbería. Una fotografía que rezuma nostalgia del pasado.
Un abrazo.

Manuela Quirós :

Yo mas bien pienso que necesitaba adaptarse a los tiempos y el cristal roto fue la gota que colmo el vaso.
Mi padre tuvo una, pero yo la recuerdo toda blanca sillones incluidos aquéllos tiempos, cuantos recuerdos!

¡Un abrazo!

ÍndigoHorizonte :

Jirones de cristal. A cada uno, su jirón: el que nos salva y el que nos ahoga.

Abrazo, Alfonso.

Marty :

Quand on a le sentiment d'avoir bien rempli sa vie on peut commencer à penser à soi !

Eric Lavergne :

Una lastima que haya cerrado tan bella barbería...menos mal que nos queda tu magnifica foto.
Un abrazo Alfonso.