- Ella: ¿Que haces?
- Él: Estoy escribiendo
- Ella: ¿Y sobre qué escribes?
- Él: Sobre Fulgencio Máximo
- Ella: Perdona mi ignorancia... ¿Quién es?
- Ella: … ¿Quién es?
- Él: Un amigo mío. Un personaje famoso de la vida real
Vaya por delante eso que suele ir detrás. Por ejemplo: Ésta es una historia verdadera. Real, así que, todo parecido con la ficción es pura coincidencia. Hasta los nombres de los personajes son reales. Cualquier investigador, con un poco de paciencia, podría localizarlos, a todos, en una pequeña ciudad de nuestro país. No doy más pistas.
Dicho esto, ya puedo seguir tranquilo.
Yo era, y soy, íntimo amigo de Fulgencio. Y lo seremos. Casi nos criamos juntos. Nos separaban unos meses de edad. Vivíamos en la misma calle, de la misma ciudad. Tengo que hacer esta precisión porque los nombres de las calles se repiten en muchas ciudades.
Juntos íbamos a todos los sitios y, casi siempre, juntos regresábamos. Más tarde, si tengo ganas, contaré algo más concreto de nuestra niñez conjunta.
Hoy, quiero escribir acerca de la historia de este hombre singular. Ahora, que es mayor, se ha convertido en eso, en singular, y se encuentra inmerso en un trágico drama. Para hacerlo, tendré que entrar en los antecedentes familiares.
Conocí a su padre, Crescencio Afranio Hinojosa del Temple Carballeda, y a su madre, Regina Virginia Montanchez y Cervalizas.
Crescencio vivía obsesionado con tener un hijo, me contaron, y mucho más obsesionado desde el hecho de que Regina ponía todos los obstáculos posibles a la consumación del matrimonio. De estas cuestiones, me enteré más tarde, cuando dejé de ser niño. Nadie le contaba a un niño esas cosas sucedidas años antes de su nacimiento. Tampoco llegué a saber cómo, por fin, se había consumado aquel matrimonio. Bueno, no me refiero al acto en sí, que sí sé cómo se hace, sino a la decisión y/o consentimiento de Regina a ser violada por su propio marido. Creo que ella lo veía así.
El plan de Crescencio era, por demás, bastante común en el planteamiento. Quería tener un hijo, no hija, que brillase como un diamante dentro de una montaña de carbón. Para él, el mundo era una mierda (poéticamente le llamaba carbón) y su hijo brillaría, brillaría, brillaría…
Los preparativos de la concepción fueron extraordinarios. Alquiló, durante una semana, una suite en un conocido gran hotel. De acuerdo con la dirección del mismo, llenó la habitación, de valiosas reproducciones de grandes pintores de la historia de la humanidad. Incluso, se llevó a la suite un cuadro original, muy apreciado, que tenía en su despacho. No se conformó con eso. Dispuso, durante esa semana, de originales centros florales donde, suponía, se concentraba toda la belleza. Completó la escenografía, con un surtido de onerosos frascos de esencias y fragancias que serían la envidia de Jean-Baptiste Grenouille.
Hay muchos más detalles, no nimios, que completaban el llamado marco de referencia. Durante todo el tiempo en el que habitaban la suite, que era todo el tiempo, sonaba la mejor música que se pudiera imaginar. Desde los más exquisitos clásicos, hasta la música más actual de aquellos momentos. Por cierto… la cama estaba elevada sobre un espléndido surtido de las mejores obras de la literatura universal, abiertas, todas ellas, en una página con un pasaje de especial significación, o una cita digna de pasar al libro de las 1001 mejores citas de la historia.
Regina de tal y cual estaba, todo el tiempo, inmersa en aquel sobrecogedor ambiente. No agobiada, ya que era una mujer que se adaptaba rápidamente al entorno. Todo el tiempo. … alimentándose de los más preciados manjares, hechos traer de todas las partes del planeta. Crescencio era así. Todo para su reina. Regina.
Por las noches, y en el momento de cada acto, violación según Regina, sonaba El Anillo de los Nibelungos, de Wagner. No porque Crescencio tuviera ideas filonazis, que no las tenía, más bien porque le entusiasmaba verse cabalgando a Regina en un acto de amor sublime del que habría de surgir el fruto de su pene. Lo siento. Crescencio era así. Regina solamente era un instrumento para la creación de un ser superior, el futuro Fulgencio Máximo. Mi amigo Fulge.
Bueno. No en vano Crescencio, se había pasado media vida buscando su media naranja, que tendría que ser más que la mitad dado que, como he dicho, aspiraba a la perfección. Y así fue Regina seleccionada no sólo por su nombre, perfecto, sino también por su bien formado cuerpo, con las medidas anatómicas por él consideradas áureas, no muy cerca de las mujeres de Rubens, pero tampoco de las escuálidas de la posguerra. Y tengo que mencionar el exhaustivo y riguroso examen médico, mental y corporal al que fue sometida… pero no entraré en detalles.
Catorce. Catorce actos consumó Crescencio, con el consentimiento de Regina. Dos diarios. Por la mañana, después de un copioso desayuno, en la cama, para coger fuerzas, y por la noche, tras el rezo del rosario, por parte de Regina, mientras Crescencio preparaba la música.
El rezo del rosario tenía una parte interesante. Eran las letanías. Cuando Regina llegaba a la serie de regina angelorun, regina patriarcarum, regina profetarum… a Crescencio se le erizaban los vellos de emoción. No así a Regina, que en el momento de recitar regina virginum se le erizaban los vellos también, al tiempo, que se le caían gruesas lágrimas, pensando en que nunca más podría ser reina de las vírgenes.
Un día, es decir, una semana más tarde, ambos salieron de la suite. El director del hotel les despidió atentamente y les deseó suerte. Mientras Regina agachaba la cabeza semi avergonzada, Crescencio, cortés pero tajantemente, le dijo que no la iban a necesitar, que todo estaba ya consumado, que el resultado era el deseado. De algún modo, el director participaba en aquel evento y solicitó ser el padrino del niño porque, rotundamente, Crescencio dijo que sería niño y que había sido concebido el jueves a las 10:37. Nunca desveló a nadie de dónde provenía su certeza, pero el caso es que, a los 270 días justos, vino Fulge.
¡Ah! El director del hotel, consiguió ser el padrino.
Es necesaria tanta explicación dado que, debe saberse, Crescencio buscaba la excelencia. Así pues, debo continuar con los nueve meses siguientes. Y fueron un poco más de lo mismo, sin el acto, pero en casa. Sin el acto, porque a Crescencio no le interesaba ya… el sexo puro, lo tenía fuera de casa. En cuanto a Regina, rota su virginidad, quería mantenerse como el sagrado cáliz de la nueva raza.
Fueron meses sistemáticos. Mucha música directa sobre el vientre de Regina. Crescencio se había hecho fabricar unos auriculares tamaño grande, para ajustar al vientre de Regina. Por otra parte, también se había hecho fabricar, un extraño alambique, desde el que emanaban esencias que superaban las del citado Jean Bautiste Grenoullie.
También, había contratado a un grupo de lectores, masculinos y femeninos, de distintas edades, con armoniosas voces, para leer sobre el vientre esas obras selectas anteriormente citadas. En cuanto a la obra plástica, proyectaba imágenes con un antiguo proyector Hunter, de forma directa, sobre el ombligo de Regina, con la esperanza de que llegaran al interior. No citaré otras pequeñas invenciones realizadas con el objeto de que, por la vía de los sentidos, llegase a Fulge toda la belleza y riqueza acumulada por la humanidad, desde que el hombre abandonó Atapuerca.
Y así nació Fulgencio Máximo. Su escogido nombre ya indicaba las ansias de Crescencio, las ansias de que Fulge llegara a brillar como una estrella, más aún, más que las estrellas. No entraré a relatar los muchos nombres que rondaron la cabeza de Crescencio, con el fin de dejar una impronta en su hijo. Se quedó con Fulgencio, el que brilla decía él y Máximo, por las obvias razones que el mismo nombre indica.
Dicen que fue un niño perfecto. Yo no lo diría, ya que nació con seis dedos. Tenía los pulgares duplicados en manos y pies. Ligeramente duplicados, unidos por una pequeña juntura que, después, ya en el colegio, le facilitaba el encaje del lápiz su doble pulgar y hacer una buena pinza con el índice. Reconozco que fue una ventaja y Crescencio así lo veía. El pobre nunca pudo imaginar que algún día llegarían los ordenadores y la Play-Station para lo que esos dobles pulgares no suponía ventaja alguna.
Ya de niño, como yo, seguía siendo perfecto. Él, no yo. Era más alto y más guapo que yo. Me consuela que, en aquellos tiempos, no existían las niñas, realmente no sé dónde las escondían, por lo que nunca supuso un problema de envidias o competencias. Pero era… Era más todo que yo… excepto en sus dobles pulgares.
Crescencio estaba orgulloso. Regina, a su modo, también. Ninguno de los dos adivinaba todavía el gran drama de Fulge. Ni yo, tampoco.
Perfecto. En los estudios. El primero. Yo, detrás, aprobando siempre, pero dejando alguna. Él, dejando atrás un notable o dos a lo sumo. Lo demás… sobresalientes.
Nos separamos por un tiempo. Nuestras vidas se hicieron divergentes, como las vías de un tren, paralelas, pero realmente tirando a divergentes, ya que en las estaciones unas van a Orense y otras a Castellón. Es un decir. Así que, por lo menos, no convergentes.
Nos reencontramos años más tarde. De forma tonta, casual, estúpida. Los dos pasábamos por el mismo sitio, al mismo tiempo, hora exacta. Nuestra amistad se reanudó en el mismo punto en el que la habíamos dejado. Fue entonces, cuando me contó su drama, que arrastraba en silencio, con ocultación, desde que tenía uso de razón.
No era feliz. Había hecho cuatro carreras serias. Filosofía y Letras, Económicas, Antropología social y Psicosociobiología del ADN. La otra carrera, una quinta carrera… el Maratón de Nueva York. 42 y pico kilómetros quedando entre los 99 primeros.
Se había casado con una guapa mujer, sana e inteligente, que conoció en Económicas, con la que tenía dos preciosas niñas y un bien parecido niño. Todos con un futuro prometedor. Su guapa mujer lo tenía todo. No necesitaba engañarla.
Me contó un sinfín de detalles acerca de lo acontecido durante los años de nuestra separación. Se podría resumir en una vida ordenada y feliz pero...
Abrió su cartera y, al lado del carné de identidad y las tarjetas de crédito, tenía un sinnúmero de tarjetas de color marrón, tirando a ocre. Me dio una. Decía:
Fulgencio Máximo Hinojosa del Temple y Montanchez,
Su cargo (que aquí no digo)
Caga el Rey, caga el Papa, pero de cagar, nadie se escapa.
Y por supuesto, la dirección, email, teléfonos etc. que aquí no habré de desvelar por razones obvias.
Me quedé anonadado. Impactado. Speechlees. Obnubilando. No me lo podía creer. Puestos a epatar con tarjetas, yo tenía unas que decían, “por favor, no me pida la tarjeta”. Era a lo más que había llegado. Y pensé que me estaba tomando el pelo.
Nada de eso. Era el reflejo fiel de su gran drama. Pude comprobar, mucho más tarde, que en su despacho –era un alto funcionario público- tenía sobre la mesa, un marco con esa misma expresión. Caga el Rey, caga el Papa, pero de cagar, nadie se escapa. Y en su casa, en todas las habitaciones, discretos marcos con la consabida sentencia.
Me contó que muchas veces había pensado en suicidarse. Pero era un cobarde y lo asumía. Él nunca lo haría solo. Reclamaba una eutanasia activa asistida por la Seguridad Social. Gráficamente, decía que quería que le pegasen un tiro de mierda.
Yo lo animaba y le recordaba aquellos tiempos en los que andábamos dos kilómetros para ir a la playa. Él, con su elegante toalla de rayas verticales de variados colores. Yo con cámara de un coche que, al pasar por una gasolinera cercana a la playa, nos inflaba Manolo. Y cómo, más tarde, todavía sin llegar a la playa, entrábamos en el Mercado y le comprábamos a Matilde dos gigantes y maduros membrillos. Era una casualidad el gran parecido de los mismos con sus pechos. Cómo, ya en la playa, éramos la envidia de la gente por, primero, la gran cámara, con siete parches, a punto de reventar. Segundo, por nuestros relucientes membrillos, que tirábamos al agua para ir a buscarlos nadando. Ummm. ¡qué ricos! al mordisquearlos! Dulces con sabor salado. Y tercero… por el clavo. Ese gran clavo, de casi 20 cm., con el que jugábamos a dejarlo caer desde distintas partes del cuerpo... Iba ascendiendo por las distintas partes del mismo hasta llegar arriba, a la boca, a la punta de la nariz, a las cejas y, finalmente, a la cabeza. Si siempre caía clavado en la dorada arena de la playa, ganabas. Admitíamos un ángulo de inclinación de tres dedos desde su extremo a la arena. Éramos exigentes.
Nada. Nada lo consolaba. Era feliz a su modo. O sea… no era feliz.
Lo había intentado todo. Había visitado a todos los mejores expertos. Ningún médico encontraba una solución. Habló con la NASA. Como especialista en Psicosociobiología del ADN, tenía sus contactos. Ellos, la NASA, habían encontrado medios para reducir el problema en sus astronautas, pero eran soluciones parciales y, sobre todo, temporales. Lo que duraba una misión.
Por su cuenta, había estado investigando con unos amigos preocupados por su problema, sobre cambios en la estructura molecular de su organismo, a fin de encontrar otras vías anti-VRSH. Nada. Desaliento. Mucho desaliento. El estado actual de la ciencia se mostraba impotente.
Y Fulge... Oh, pobre Fulge, viviendo continuamente entre dos depresiones, que cada vez se acercaban más entre ellas. Pobre... ¡Pobre amigo mío!
Y es que, Crescencio Afranio Hinojosa del Temple y Carballeda había olvidado, en aquella gran suite del aquel gran hotel, había, había olvidado algún tipo de actuación, sobre su futuro retoño, encaminada a asumir las pequeñas imperfecciones de esta vida. Y desde luego, cagar, hacer de vientre, hacer caca, obrar, emporcar, ciscar, ensuciar, hacer de cuerpo, deponer, descargar, evacuar, excretar, jiñar, poner un huevo, hacer de lo suyo, defecar... es una pequeña imperfección, en nuestras imperfectas vidas. Claro. En Fulgencio Máximo, esa imperfección no era un mínimo (ni el mínimo común divisor)
Bueno. Adiós. Me voy a cagar
Post Scriptum:
- Fulge todavía vive. No ha conseguido que lo suiciden en la Seguridad Social. Es feliz dentro de lo que cabe. Y ya sabemos. Cabe poco.
- Adelaida, su guapa mujer, de la que no dije su nombre antes, se ríe todo el día. Le hace gracia lo que le pasa a su marido. Y continúa riéndose.
- Angélica, Melania y Adolfo, sus tres hijos, pasan del drama de su padre. ¡Cosas de la edad!
- Regina Virginia mantiene su cáliz puro. Nunca más lo ha vuelto a usar.
- Crescencio Afranio, entre nubes de Alzheimer, cuando tiene un rato de lucidez, maquina sobre los errores cometidos durante la concepción. Ya tiene elaborado un plan extraordinario para la concepción de su segundo hijo. También quiere que sea hijo.
- La CC, Comunidad Científica, continúa investigando. Ha nombrado una Comisión de Expertos. Deducimos que no tiene futuro.
- Y... siete mil millones, yendo cada día, con más menos esfuerzo, el que tiene suerte.
- Y... yo... esta mañana... ¡Pues he tenido suerte!
- * ¡Ah! VRSH, igual se me había olvidado aclararlo, Vertido de Residuos Sólidos Humanos
Este relato, ahora recuperado, fue publicado en OVNM - Outra Vaca No Milho,
el 14 de Setiembre de 2007
Fue el post número 009, uno de los primeros
*
Fulgencio, por su natural timidez,
ha rechazado
taxativamente
posar para una fotografía
Sólo puedo publicar la que véis
que
obviamente
¡es un robado!
:::Post 348 - CR 071/100216 - Fulgencio Máximo
:::foto: 080423-5817-Fulgencio Máximo
:::Canon S3IS f/3.5 1/60 seg 6 mm*
73 "j i r o n e s del c r i s t a l":
12 pasearon por ‘Outra Vaca No Milho’… en aquellos días
- humo:
Puro García Márquez, y no sé si querrás tomártelo como un elogio, pero eso intento.
8-10-2007
- carlota:
Esta historia ya me la leí cuando te estuve leyendo todo el blog, jeje...mmmm, tiene razón humo, y Fulgencio es nombre muy García Márquez. A ver si te llega este comentario. Por si acaso, te mando ahora correo.
11-10-2007
- BELMAR:
Historias e histeria cotidiana...
25-03-2008
- carlota:
Lo siento, no me puedo resistir, pero es que ha sido un auténtico placer volver a leer la historia de Fulgencio. Supongo que con cada lectura se enriquece aún más. Genial, de principio a fin. Que cague usted bien. :) Un beso!
28-04-2008
- Romana López:
yo a mi me funcionan la pruina por la noche y el pure de lentejas con unas gotas de limon pal desayuno.digaselo a su pobre amigo de mi parte que no falla.yo como una rosa voy.abrazos
29-04-2008
- Mandarina azul:
¿Se me permite decir, Ñoco de mis entretelas, que esta historia la escribiste que te cagas?
Jajaja...
¡Viva tu ingenio y la madre que parió al Fulgen!
Esto no es un relato, es un SUPER relato.
Sosbe, super-relatador. :)
30-04-2008
- ivana carina:
Holly shit! :P
Sorry! :P
xoxox♥
30-04-2008
- ©Claudia Isabel:
Una historia encantadora. Me gustó leerla.
será la naturaleza humana, esto de buscar una vida perfecta y sienpre encontrar la manera de autoboicotearse, de buscar el pelo en el huevo...creo que en el fondo todos somos así porque nunca estamos conformes con nada, y siempre creemos que nos falta algo, porque desconocemos el misterio de la felicidad aunque la tengamos delante de los ojos...
Un abrazo
6-05-2008
- RAMMSES:
Ya lo había leído, pero me faltó comentar...
Que historia, la he vuelto a releer, me gusta como la vas pintando a tu estilo ya conocido. Desde lo misterioso y fuerte presencia de un Jean-Baptiste Grenouille por el drama de Wagner.
Es tan sólo mirar a nuestro alrededor y apreciar que hasta la piedra te canta su historia, propia y sin igual. Esas son las más interesantes y aún más las que perduran en nuestra memoria cruzadas desde nuestra infancia.
Yo también era de llevar el neumático (precoz con la tabla de surf que no tenía en ese tiempo), o sino buscaba un tronco de plátano y allí me iba. Y me robaba las ciruelas que luego me daban una diarrea... una cagatina jajaja.
Abrazo Ñoco.
PD: terminé de escuchar la canción que estuvo muy buena, y tengo en el aleatorio a Casta Diva de La Callas, no sabes lo que ha sido... me voy sobre nubes...
9-05-2008
- Giuditta:
Buenísimo, está genial; es que lo leo y releo y no me canso. Me impresionan los detalles.
Jejé, de que nadie se escapa, nadie se escapa, con más o menos suerte.
Lo de Grenouille me retrotrae a lo de las carencias por aquello de "dime de qué te ufanas y te diré de qué careces". Y pensar que el olfato está asociado a tantas memorias.
¡Laineg, traex rionadior!
Besos desgranados :-)
12-02-2009
- Giuditta:
Nihil est… simul et inventum et perfectum.
12-02-2009
- Marina:
Sé que has escrito muchas cosas después y, supongo, que algunas antes, pero, querido mío, no sé si alguna tendrá un contenido tan.... tan... ¿cómo te diría yo?... tan escatológico como ésta. Jajajjaja.
Es broma prenda. Ya sabes que esta historia, de momento y a falta de mil y una más, es mi preferida.
En esta nada del beso de Hada... ummmmmmmmm bueno... va... venga... vale Un beso de Hada (escondida detrás de un árbol)
24-02-2009
Yo no tuve el PLACER en su día.
Lo acabo de tener ahora.
No voy a decir lo de García Márquez,
pero te diré que no me canso de leerlo (el texto. No a García Márquez, que tambíen).
QUE PLACER!!
Ahorita mismo cierro el ordenador para quedarme con él (tu texto) y cerrar los párpados en honor de un "Buenas Noches" que usted siga escribiendo (transmitiendo) tan bien!!.
Besos "escatológicos".
Espera, aunque oportunos, dado el texto, cambiémoslos por otros más de mi gusto.
Besos "refulgentes".
(mucho mejor :)
Ñoco, si no te ganas la vida escribiendo ( que a lo mejor sí) deberias. Lo tuyo es arte y lo demás....
En fin me voy a la cama, después de tu entrada nada lo iba a superar.
Ah, la foto de lujo. Nene, tu vales mucho!
Un beso admirado
Sorry, I couldn't read anything, but the image above is quite an art!
Beware of The Hacking of Your GMail Account
El post es muy chulo, en momentos parecía una saga novelada... lo malo es que es muy largo!!!!
Y la imagen, en fin... sin palabras
(Ladrón)
Besicos
Siempre me he preguntado como seria la cara de personajes como Antonio Gala, Pitita Ridruejo, la Preyssler o similar cuando estan sentad@s en el trono con un buen apretujon.
Ah, las maravillosas imperfecciones, habría que reeducar a los Fulgencios en el placer de una buena cagada. Como decia aquel, no necesito ni papel, yo lo hago de memoria. Pobre Crescencio, el maldito factor humano.
El placer también está en las pequeñas y cotidianas cosas, pero tomarlo como una imperfección me parece exagerado.
Muy bueno Ñoco, eres capaz de recrearnos otro Macondo en cualquier momento.
La foto, neblinosa, como corresponde.
Abrazos
Sera una imperfeccion, pero que bien se queda uno.
Todo el tiempo pensando en que le podria pasar.que tension en la lectura.
Besos
Ñoco, te sales. Un placer leer este post, desborda imaginación y buen sentido del humor ...
¡Las imperfecciones!, somos humanos en todo ... en eso más y claro, es algo que no conoce, religiones, clases sociales y afinidades políticas ...
Quedo tranquilo me quedo. Monstruo!!!!
Siento el fallo de antes, fue una cagada ...
El texto gana con el tiempo.
Ahora ya he leido muchos textos de Ñoco le Bolo, dado el tiempo transcurrido, y casi no me sorprendo de su calidad, de su gracia y agilidad para llevarnos hacia historias salidas de no sé muy bien dónde.
Tienes una cabeza pensante privilegiada.
La foto, bien traida, de nuevo, aunque con menos color...ahora que conozco mejor al personaje, su foto me dice más cosas.
Besos rápidos...que tengo un apuro...
Buenos días, Ñoco Le Bolo:
...Pues me encanta tu fotografía, la cabeza de tu amigo Fulge y sobre todo: su sombrero.
¿Tiene el pelo canoso?.
Mira que tienes en tu historial entradas poéticas y elegantes textos, pero me ha fascinado esta descripción de los preparativos de la concepción por parte de Crescencio, Regina, la genealogía completa, vuestra amistad, su infelicidad y las causas. ¡Qué sinceridad la suya, en los tiempos de falsedad que corren, y él haciendo público su gran problema -en verdad tan preocupante- hasta en las tarjetas!.
¿No habrá nadie, que le tranquilice al respecto, y consiga hacerle el hombre feliz total?.
Saludos. Gelu
P.D.: Hay algo que no he entendido de tu escrito, pero no voy a molestarte. Preguntaré en la Ferretería, a ver si me lo aclaran. No me gusta quedarme con dudas.
Ah, y la música que eliges siempre: excelente.
Jajajajaja ..... A Orense y a ... Castellón????
Los que no tenemos un mente tan imaginativa como tú nos solemos quedar con serias dudas tras la lectura de tus relatos. O quizá cuando escribes lo haces inconscientemente aposta ... para que nos queden esas dudas.
Aún con dudas ... eres genial escribiendo.
Mmmmm ... antes no era a Gerona???
Besotes bien gordos!!!
Muy buen relato.
Un cuento corto iconoclasta e imaginativo. La perfección y la imperfección son sólo apreciaciones de acuerdo a un canon.
No suelo tener la paciencia de leer historias largas en Internet pero reconozco que no he sido capaz de dejar de leer ni un sólo segundo. Me recuerda a un bloguero que escribía maravillosamente en este estilo pero no le he vuelto a leer algo parecido. Se llamaba Le Mosquito, creo que ahora sólo fotografía.
Saludos y , te felicito.
¡¡Ay, ÑOCO!!
¡¡Pagmadita me ha dejado tu despliegue de imaginación!!
Sin duda, de todos, la que más pena me da, es la pobre Regina, pobre santa y mártir...jajaja. Pero muchísimo más, que tu querido FULGENCIO ¡¡dónde va a parar!! que lo tiene todo salvo un pequeño problemilla que él recoge en su tarjeta de visita jajaja y le atormenta en su perfecta vida preconcebida paterno-filialmente ...
De la foto, que decirte Ñoco, tiene su encanto, su aquel, su cosa, pero... Prefiero tus colores de ahora. Creo que años a, se te veía como más agreste jaja, has ganado en sutileza, finura y elegancia, sin desmerecer este pasado glorioso.
En fin, mi pésame o ánimo, como prefiera, para tu Fulgencio y mi enhorabuena como siempre, par ti. ;-)
Muchos besos, ÑOCO.
Un post interessantíssimo. Muito bom, mesmo.
Saludos.
En dos palabras: IN-SU-PE-RA-BLE!!!!!! Un relato fantástico. Tío, eres bueno. gracias por hacernos disfrutar con tus palabras. Mil....bueno hoy para ganar yo, millones de miles!!!!
Qué buenísimo!!! Es de estos textos que quieres leer rápido para descubrir el final... y encima te quedas con la ganas (con las ganas de seguir leyendo, no de "plantar un pino", aunque esto dependerá del momento, claro). Pobre Fulge... no me extraña que sea feliz a su manera ¡¡no sabe lo que se pierde!! Saludos ;-). Ah, muchíííííííííísimas gracias por la dirección de Manu, te aseguro que si voy a Bilbao le visito.
Mi abuela, hace mucho tiempo ya, decia, Hijo, come bien, caga fuerte y riete de la muerte.
Otra manera de ver la vida.
saludos Ñoco
Ah! Nadie es perfecto, por mucho que se intente llegar a la perfección.
Magnífico relato. Hay demasiadas cosas que se pueden concluir de su lectura y son muchas las lecturas que pueden dársele. En todo caso, magnífico.
Un saludo.
¡Tremenda historia! Una pena tanto esfuerzo paterno para ahora acabar jugando con membrillos en el mar (una pena no haberlos conocido, yo hago lo mismo).
Espero la continuación,
(debajo de la foto te falta "SE BUSCA"),
besitos y sonrisas
Ahora si veo la foto. Misteriosa
Un abrazo
Me tienes loco con este post, ya no se donde estoy escribiendo
Como decía antes, me parece muy misteriosa la toma. Estupenda ... (ahora si puedo verla)
Abrazos
Bella historia "increscendo" de Crescencio Afranio y su hijo Fulgencio.
No sólo de palabras vive el cuento, el ritmo y la música viene a darle su sentido.
Un deleite.
Expresiones
Piedra
Me encantan tus personajes, ÑOCO LE BOLO. Son tremendamente humanos y peculiares. Un abrazo.
qué buena historia!!! en mi país, Fulgencio era el personaje de una historieta, hace muchos años, "el hombre que no tuvo infancia"...aquí te dejop un link para que lo disfrutes como yo he disfrutado de tu narración... http://www.todohistorietas.com.ar/tira-don-fulgencio.gif
Me ha encantado el texto... No en vano mi abuelo se llamaba también Crescencio (de segundo nombre)
En cuanto al Temple, ilustre apellido del protagonista, también me llamó la atención encontrarmelo por aquí.
Bueno, me alegra que rescates buenas entradas del pasado para los que no las conocimos en su momento.
Abrazo
Asombrada me dejaste!! No me esperaba este personaje. Es un post brillante! Tuve que leerlo del tirón, y eso que lo tuve que hacer en el curro. (Te cuento un secreto: El fondo negro de tus blog, me descubre ante mis compañeros de oficina!! jajaja, pero bueno lo asumen, Menos mi jefe, que tengo que andarme con cuidado, pero hoy no me pude resistir!)
Besos
¡ Menudo relato!. Eres un artista de la pluma. Fantástico. Un abrazo.
Es una historia increible la de Fulgencio, encantadora amigo !
Jo...Ñoco...he leído hasta que no pude más...me estaba remordiendo por dentro el tener que parar de leer hasta que vi esa frase "me voy a cagar" ufff, menos mal...!!puedo irme!!
volveré, quizás en silencio, para terminar lo empezado (que mucho me ha gustado)
un gran besote
Pd: fantástica lista musical que tienes
"pa cagarse de risa" pobre Fulgencio
que personagem! mítica até...
Personaje mítico donde los haya, este Fulgencio. No me gustaría estar en su pellejo, creo que nunca va a encontrar cura para su infelicidad.
Querido Ñoco, anonadada me has.
Muy buena historia!
Desconocía la extensión del relato, por esa razón lo leí. Pero la lectura con una música muy, muy agradable, fue un gran placer y un relax total. En definitiva, me ha encantado. Un abrazo.
Oye pues si que es una historia bien rarita y uY! UYUYUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUY me tengo que irrrr que tengo un apuro!!!
:p
Excelente. Leerlo dos veces no cansa.
Un abrazo
Qué creatividad¡¡¡¡ No me extraña que este relato quedase finalista en un concurso. Enhorabuena.
Ñoquito... no comenté en aquel entonces (raro), pero no sé por qué ya conocía las aventuras y desventuras del señor Fulgencio Máximo y familia. tal vez leí sin dejar huella... como hago a veces cuando el timepo apremia. Sea como fuere... gracias por la sonrisa de nuevo y por las letras tan bien escritas. Chapeau!
Y ñosquibi ñosquiri :)
qué día para leer tu historia, que después de cargar el estómago con todo lo que se me puso delante ando un poco flojo del que te dije y con la risa que me has generado ni te cuento.
Para mi mas que una imperfección sentarse en el trono es uno de los mayores placeres que nos da la vida. Eso si, sentado con un periodico para hacerlo más ameno.
Ñoco, menuda historia nos cuentas y lo siento, pero no me creo lo de los 6 dedos ni lo de la targeta de presentación, ajjajajaja, bueno, no me creo nada de nada de lo que he leído, pero tenías razón "me hiciste reir" :) Eso, hoy para mí no tiene precio, así que muchas gracias, tienes una cabeza prodigiosa, pero la de Fulgencio (el robado) me tiene hipnotizada.... Alguna por delante no tendrás, no? aissssssss, Gracias, te dejo un gran beso, mis felicitaciones como siempre, y un deseo de un feliz fin de semana :) muas!!!!!
Muuuuy buena la historia de Fulgencio, no la había leido antes. Y muy buena esa foto robada, todos nos quedamos con las ganas de conocerle de frente! :)
salu2,
javi
Dile a Fulgencio que la perfección no existe,y hasta puede que sea mejor así.Y a tí te diré,que aunque no lo supieras de niño,eres mucho mejor que tu amigo Fulge.Realmente eres genial,subscribo comentarios...I love your blog.
¿Cagismo mágico? La verdad es que me has entretenido la tarde.Bien escrito y ameno.
Un abrazo
Vaya relato más fantástico que nos has traído. Si es que la perfección no existe... aunque Fulgencio se empeñe en ello.
Un abrazo.
Y el regalito de Pat... Ñoco, qué lujo!!!!
Que relato mas interesante y a la vez como algo espeluznante, según mi pobre criterio, por la definición de Fulge, algo mundano y muy real. Y la cagada es simplemente espectacular.
Saludos
Me ha encantado el relato y la foto muy apropiada.
saludos
Paso de nuevo a visitar a Fulgencio, el casi perfecto, y a los suyos. Y a tí te dejo una pequeña cosita que encontré hace poco y me gustó.
EL MUNDO
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la
vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.
"El libro de los abrazos"
Eduardo Galeano.
Para tí, querido Ñoco, con abrazos.
PD: Estos sudamericanos ya sabes cómo son ...
un relato curioso. muy currados los detalles de la concepción, los nombres...
y desde luego da para pensar
mucho.
supongo que diferentes cosas según la persona.
pero la conclusión a la que todos llegaremos sin duda es a que somos gilipollas
Supongo que lo escribiste en el baño, excusado, roca, cagodromo...etc etc...Genial, un no poder parar de leer. Un dejame entrar ... !Pa cagarse¡ Saludos.
quelinda historia, me suena familiar a alguna otra que he tenido en alguna ocacion oportunidad de leer, pero bastante linda!
un abrazo fuerte!
Hola! Entiende este comentario como una muestra de gratitud por el afecto recibido por ti. Te ofrezco las flores de mi jardín.
Fantástico relato.. y fantástica imagen! Me encanta ese ahumado que has conseguido. Casi como el rastro de tus palabras escritas. Un saludo
Se te ha olvidado "plantar un pino", que es lo que hago yo habitualmente con más o menos suerte.
Hola Ñoco, en su día recordaba que ya algo te escribí: "simpático personaje el señor Fulge, curioso y molesto problema suyo de "imperfección", la perfección está en tu forma de narrarlo Ñoco, me encantó, un saludete!"
Secundo lo dicho entonces, perfecta la manera en que atrapas al lector con tus historias y añado ahora que la música más perfecta y bella aún! un abrazo!
gostei do grão desta foto e encantei-me com as palavras
um beijo
jajaja...muy bueno, pero ahora me asaltan las dudas...porque yo creia que lo mio era virtud jeje...un abrazo y me encanto leerte..
En este caso la historia supera la fotografía, sin que esta última esté mal, al contrario.
Enhorabuena.
un bico
Querido Fulgencio, cuánto tiempo...
:)
Besos.
Bueno, sí, es un poco más minimalista, es verdad...
Me encanta la música que suena.
Un beso, ÑOCO.
Ayer, ase escachufló y ya no pude decirte nada. ;-)
Feliz finde.
Voy al otro lado del cristal...
Lo he vuelto a leer con mucho placer y una sonrisa, fantástico realismo mágico del cantábrico.
Es muy bueno y hasta casi el final no recordaba en qué la había "cagado" don perfecto en la planificación del nacimiento de su vástago.
Y es que los que tenemos una edad, sabemos que no se puede "dejar todo atado y bien atado", por suerte.
Muchos besos, Ñoco
Pobre Fulgencio, no existe la felicidad completa, unas veces por exceso y otras por defecto, nunca llueve a gusto de todos.
No sé por qué, se me vino a la mente este
Poema:
Si caga el canario,
si caga el jilguero,
si delante del toro
se caga el torero,
si en la rama de un árbol
caga el ruiseñor,
mezclando con mierda
sus trinos de amor,
si en la Edad de Piedra
cagó el Megaterio...
¿por qué caga el hombre
con tanto misterio?
"Limpios" saludos y moitos biquiños, Ñoco.
¡¡Mi querido ÑOCO!!
¡¡Quieres por favor, contarnos de una vez, si a tu FULGENCIO del alma, se le ha pasado la diarrea mental que lo tiene sumido en tan arduas cavilaciones como para que nos tenga aquí a todos esperando !!!
En fin, seguiremos esperando. ;-)
Muchos besos, sobre todo para ti y para mi preferida Regi. ;-)
Querido Ñoco, no me preguntes por qué, no hace falta que lo pongas en el blog (las normas están para saltárselas si uno quiere) pero uno de éstos, es para ti, con todo mi cariño, por que tú vales eso y más :)
http://vistxcris.blogspot.com/2010/03/premi-sunshine-award.html
Tan bueno que no sé que decir.
Me gustaría ser capaz de escribir así y tan extenso. Pero sólo hago fotos, y no muy buenas.
saludos
BESIÑO.. rápido y raudo,
tengo que irme a recoger a Lino y Rnst a Lavacolla.
"No todo el monte es orégano" (entendido)
Felisa
Vaya con la imperfección. Yo cuando paso más de un día sin defecar, cagar, hacer caca etc. etc. me siento a punto de morir por dentro.
Un padre como el de Fulgencio te hace polvo toda una vida sin pensar en tu felicidad.
Un buenísimo relato y me gusta mucho la foto.
Saludos
Un texto muy simpático y muy bien llevado.
Tanto que en ocasiones sentí asco de ese marido, pena de esa mujer, envidia de ese perfecto niño, empatía del amigo que lo narra, pena por su vida, tristeza por su depresión....Vamos, que TRANSMITISTE mucho al escribirlo. Y conseguir eso en un texto es lo máximo. Enhorabuena Ñoco, voy descubriendo nuevas facetas tuyas (aunque en el tiempo sean anterior a las ya conocidas).
Un beso. Y gracias por traerme hasta aquí.!!
Ya me había pasado, sabes que estos relatos son de mi gusto y que alguna vez te he dicho que los echo en falta.
¿No dirás que ahora no tienes tiempo?.
Un abrazo, mañana te llevo conmigo.
Me he quedado un ratito pensando... casi fuljo...
Besos.
No había leído este texto tan imaginativo, divertido, iconoclasta...Alfonso, me reído un montón con la escena de la concepción y en varios momentos geniales más.
Me identifico con tu amigo Fulgencio, en que la eliminación de liquidillos y otras sobras es una chapuza del "creador" después de conseguir un organismo tan sofisticado.
Luego me paso a ver ese "atrapador de pensamientos" que me ha dado la oportunidad de conocer con todo lujo de detalles a tu amigo más singular. Me sonaba que lo mencionaste en otra foto, hace tiempo, pero ahora no consigo ubicarla o puede que sólo sea un pensamiento atrapado y centrifugado por la máquina de Fulgencio.
Un abrazo,
Publicar un comentario