Regularmente. Desde hacía ya incontables años, todos los
martes y jueves, tenía lugar aquella cita. Un amor nacido en la pubertad no se
olvida nunca, o no se podía olvidar, pensaba ella, mientras acudía a aquel
relicto de sequoias que se encontraba en la afueras de su pueblo. Era un amor insospechadamente
reencontrado en aquellos tiempos de madurez, en los que alguna cana pugnaba por
asomar entre sus negros cabellos y en las comisuras de los labios le marcaba el
paso del tiempo. Y en los ojos, también.
En esos día, martes y jueves, Benita salía de casa con su
bolsa de la compra. En el fondo de la misma llevaba los prismáticos Zenith que
le había traído su cuñado de Canarias, de una tienda de los indios, le había
contado. Sobre los prismáticos, tapados con un paño a cuadros azules y blancos,
de cocina, colocaba una huevera de cartón, con sus doce huevos, una lata de
sardinas, de las que le gustaban a su marido, un paquete de arroz, del de toda
la vida, y otro de lentejas, de las pardinas. Sobre todo ello, solía colocar
algún producto de huerta que había recogido de la nevera. Por último, una barra
de pan que compraba según salía de casa, en la panadería de Orosia, la rotunda
rubia de ojos azules que había sido compañera suya cuando estudiaban en aquel
colegio de monjas de turbios recuerdos. No siempre tenía su cesta los mismo
componentes, pero siempre los prismáticos y el pan.
No solía hacer el mismo recorrido. Aunque su marido
estuviese trabajando en la fábrica, ella se dirigía al bosque por distintos
senderos, agradables senderos, ya que para llegar a su bosque de sequoias
gigantes previamente debía atravesar otro de robles y castaños. El terreno era mullido lo que le permitía
calzar unos simples zapatos, los mismo con los que podría salir a hacer cualquier
compra.
Llegada al lugar de la cita, se sentaba en su banco. Su, de
ellos. Y esperaba.
No sabía cuánto tiempo permanecía allí.
Entre unos claros podía verse, a lo lejos, la fábrica de
ladrillos en la que trabajaba su marido. Cuando sonaba la sirena que señalaba
el cambio de turno, ella se dirigía a un punto desde el que dominaba el gran
portón de salida de la fábrica. Podía así comprobar si su marido se dirigía, como
era habitual, con algún compañero, al bar que estaba al lado, o si cogía la
bicicleta para regresar a casa directamente. Siempre había controlado muy bien
los tiempos y nunca, hasta ahora, había sucedido nada. En el caso de que él
llegase a casa antes de tiempo, ella tenía su cesta de la compra. Su perfecta
coartada.
El nunca acudió a la cita. Tampoco era necesario. En el
fondo, ella siempre supo que jamás acudiría. Con tantos años todo se olvida.
La foto est á tomada cerca de Cabezón de
la Sal (Cantabria)
donde existe un bosque como el que se describe
En él está el banco. El día de la foto no llegué a ver a
Benita
*
526·CR159·121009 · El banco entre las sequoias ©2012 711R111026-022-Monte Corona-Banco y sequoias-w ©2011 |
*
64 "j i r o n e s del c r i s t a l":
Se le había olvidado el lugar las ilusiones. La rutina le hacía ir de la fábrica al bar y, de allí, a casa.
Solo ella mantenía los ilusorios recuerdos.
(Por este pueblo también tenemos unas hermosas sequoias con bancos a sus pies)
Salud_os
Gran relato, ilustrado con una maravillosa imagen.
Un abrazo
Quizá, por el entorno, valió mucho la espera.
Pues yo sí que veo a Benita. Hoy la encuentro con la mirada más perdida de lo habitual. Quizá es que se trate de una fecha especial y teme que, como ya es habitual, no acuda su sueño a la cita.
bsÖs.
Bellísimo relato, acompañado de una tremenda foto, me dio mucha paz contemplarla.
Un beso desde Argentina
Me gusta el encuadre de la toma, asi como la luz y el color que tiene. Además de bien acompañada por el texto o viceversa. Saludos.
Me encantaría haber sido Benita, gran mujer...
A veces necesitamos de nuestros sueños para hacer la vida más llevadera, inventar pasados o simplemente hacernos mayores y recordar locuras y amores en lugares insospechados.
Impecable narración.
bOLO, ERES UN PEDAZO DE GENIO!
Te superas amigo...
Oye...digo yo.
Oigo... dices tu.
Que me parece que tienes material para una novela o dos...tu mismo!
Si...ya se que estoy publicando excesivamente, que esto, que lo otro...pero es que yo soy una cruz...me hago cargo....
Tu a tu bola!
Besos!
Ah!
La foto: que me gusta horrores...más el lugar...
Ciao supermán!
Huala, cómo mola.
[Por un momento y, al margen del relato, me vi envuelto por Tasio, con sus carbones, la cesta del almuerzo del campo...Pero no fue así]
Recuerdo que allí las tiendas suelen estar atendidas por esas personas.
Algunas ilusiones también alimentan...algo más que el estómago.
Saúde, Ceibedade e Esquilmo.
dl·A
Tu imagina que aunque Benita tenga coartada, se rompe un día el tobillo por el bosque...
Que hacemos?
Porque la lía parda...
Una mujer muy atrevida!!! Si señor!
Que si que ya me largo...
Ale!
Hoy no hace falta fantasear ni echar a volar la imaginación, es todo tan real, tan de verdad como se ve y se lee.
Después de escuchar las noticias por la mañana y salir de casa con el corazón encogido al saber que en Pakistán matan a las niñas por ir a la escuela con los libros escondido bajo el vestido, esta entrada tuya me reconforta el ánimo.
Gracias,ñOCO.
Reescribes la historia de Penélope, me refiero a la de Serrat, bien cargada de nostalgia y recuerdos, tal vez de oportunidades perdidas y decisiones equivocadas. ¿quién sabe?, pero indudablemente son parte de la vida.
Un abrazo Ñoco
Una hermosa historia, Ñoco. Me encanta esa sutiliza con la que nos muestras los recuerdos de Benita, tal vez unos recuerdos románticos con los que lleva mejor los días grises de su existencia, con los que pone una chispa de luz a la rutina con una puesta en escena tan sencilla.
Ella,el bosque impresionantes, su cesta, sus recuerdos y,...allá abajo, el toque de sirena con el que se conecta a la realidad.
La foto, muy bella.
Un abrazo,
Vaya :) oía a Víctor Jara mientras iba leyendo, "ibas a encontrarte con él, con él..." y resulta que esta Amanda se llama Benita e iba a encontrarse con otro...y que poco importa que no viniera, Ñoco, nunca estaría a la altura de tanta esperanza, además que el lugar, por si sólo ya es un amor verdadero y seguramente eterno.
Un abrazo grande y agradecido :)
Preciosa historia, preciosa foto al igual que precioso es ese bosque de sequoias por el que a mi tambien me encanta pasear. Un abrazo.
Me gustaron las dos cosas, el relato y la foto.
Salu2
Magnífico relato y excelente imagen.
Un abrazo.
El rincón da para recrear historias, es evocador, sugerente...
Esta que nos dejas tiene mucho encanto.
:-)
Los amores … sueños, surjan en la época de la vida que surjan,
pueden tomar formas muy diversas, reencontrados o nuevos.
Cada Benita tiene ‘banco’, su estrategia.
Ella se formó ‘su micro mundo’. Esas rutinas que sustituían otras le hacían sentirse viva. Una coartada para que todo fuera más real.
Benita era una soñadora con los pies en el suelo.
Cuando tenga canas quiero tener un banco como Benita…o…igual no espero tanto.
La foto, que decir !!!, invita a transformarte y sentarte a la espera
y el texto es un retazo de pensamiento tan bien enhilado que me alegro lo hayas fabricado y compartido.
Una historia hermosa ñOCO con la que una vez más tocas la fibra.
1M2M3MiRcR
PD: creo que me pasé en la extenssión
Si él hubiese acudido a la cita... ¿la tarde hubiese sido como en casa?
Gran relato, Ñoco. Y hermosa fotografía, claro. Saludos
Creo que es mejor así, después de tantos años, nada hubiera sido lo mismo. La edad y los años nos cambian a todos y a ellos tambien les habria pasado lo mismo. Creo que habria sido una decepción para ambos.
SAludos.
Pero Benita, y pese al paso de los años seguiría amándole en silencio... Acudirá día a día a su cita, sabiendo de lo inaccesible, como un sueño que nunca logrará realizar, pero ella ahí en su banco y entre las sequoias, con los ojos cerrados, seguirá percibiendo el lejano perfume de su amor imposible.
Ñ, eres un Crack.
Saludos.-
Esta historia se parece demasiado al salón de mi casa, la única diferencia es que es Él quien viene a sentarse en el sofá y que no me llamo Benita y que en escena sólo hay un personaje, no dos, ni tres.
Bello paisaje.
Te dejo un beso, Ñoco.
En ese banco se sienta y lee cualquiera, pues tanto el relato como el paisaje lo merecen.
Un saludo
Saludos de USA.
nOCO querido, Es muy linda tu en-
trada, muy romantica, trae recuer-
dos del primer amor. Como siempre
el eterno romanticismo de la mu-
jer y el repetitivo olvido de el.
Un abrazo.
Love.
Cotiti.
Oh, qué triste!
Yo quiero que acuda alguna vez.
Si va una, irá ya todas.
Besos
Fíjate si soy tonta, yo creí que la cita a la que acudía Benita cada día, era... “con las sequoias”.
Así que noooo ¡¡mírala que pillina!! y qué reliiiista ella jajaja sus provisiones eran su coartada ;))
... Te leía las provisiones y pensaba... ¡¡vaya piknik tan raro va a hacer esta Sra con arroz y lentejas pardillas!! jajaja lo veees... si es que soy boba rematada ...
Por otro lado y ahora en serio ¿a quien se le ocurre colocar un banco con respaldo en un lugar así?
ese banco es perfecto para tumbarse a lo largo mirando al cielo... aaaaaayyyy, todo lo veo y lo pienso al revés ¿cómo vamos a coincidir en gustos tú y yo si somos la cara y la cruz? :))
Bueeeeeeno, tu foto es preciosa y mira... a mi, al contrario que a ti, me da pena llegar a tu última línea:))
Muaaaaaaaaaaaaaakss ÑOQUITO.
Feliz día.
What a gorgeous place to sit!
Un rincon en el que se puede esperar y madurar el dolor del olvido.
Veo dos almas, en ese banco... tan abrazadas, que se confunden.
Td1b.
Mientras tu chica lo espera en el bosque, dulce y umbroso, él la espera junto al faro, salado y tibio.
Se complementan, sí, lo saben, sí, se esperan, sí.
Más la vida los ha llevado por sendas distintas y se sueñan mutuamente, sin tener en cuenta el tiempo y el espacio.
Tengamos, pues, ilusiones y sueños, son hermosos, querido Ñoco. Y tú haces que soñemos contigo.
Bueno...vamos a ver .... de entrada me ha emocionado esta historia o recuerdos que posiblemente esta en tu disco duro interno...igual es ficticio .... no lo se.,,,...creo que benita no fue nunca feliz...creo que esperaba un cambio en su vida,pero igual penso que no era tarde para ello,por muchas cosas...su fallo o el de siempre es que nos emperramos en las costumbres o el que no vivia tan mal como pudiera ser .... quizas le faltaba algo por lo que creer y luchar...es como una ilusion que de joven mantenia abierta en su corazón .... es posible que ella no sea feliz por muchas cosas...pero ese banco y jardin encantado...hacia que su mundo no fuese tan monotono y digamos que aburrido y sin nada que le devuelva una sonrisa....quizas me estoy liando un poco....pero hay veces que los humanos necesitamos un cambio....es como que hemos llegado a ser tan exigentes con nosotros mismo,hasta el punto de dejarlo todo por un sueño que nunca cometimos.....la foto como siempre con la marca patentada ,de don ñoco ,e incoparable entorno tan majestuoso, como para contar historias tan entrañables como esta...un abrazo amigo...es tremendo lo que acabo de leer.,,, el amor en silencio es algo tan bonito como el silencio.
What a beautiful spot! Excellent photo!
Una captura estupenda y la historia me ha gustado mucho, claro que yo soy más romanticona y soy de la de los finales felices jejeje...
Aunque seguramente éste fue el final feliz :-)
Abrazotes
Noemí
¡Vaya historia tan bonita!
Soñar es gratis y, a veces,estar enamorada/o de una ilusión es más reconfortante que la realidad, quizá ese recuerdo si se materializase podría ser decepcionante, ¿no crees?
Besos
♪彡♪♫°¸.•♫°`
A foto é muito bonita mesmo!
Bom fim de semana!
Beijinhos.
Brasil
♪♫♫°✿°`╮
¡Por fin, llego hasta el banco!
Me siento y leo,"Su,el,el de ellos, se queda a la espera" (más o menos eso dice tu texto) Y lo que leo me gusta, porque la redacción es impecable...
Ay, la soledad y los sueños siempre emparejados con las ilusiones.
Una foto inmensa, todas las tuyas, amigo. Desde el banco, besicos
Ñoco!!! Esos bancos en los bosques me fascinan!!! pero fascinan, fascinan!!!!!! La imagen es bellísima y tu relato es espectacular...fantasías, nostalgias, recuerdos, todo aunado de manera genial, como siempre!
Beso enorme, amigo!!!
Precioso relato y magnifica foto para ilustrarlo
abrazos
Maravilhoso texto e uma fotografia belíssima, Ñoco.
Saludos.
Yo si he visto a Benita, hoy dió un respingo cuando su santo cogió la bici. Sabía que no llegaría a tiempo para calentar el pote.
Saludos
Piedra
Realmente apetece sentarse en ese banco, sin prismáticos o con ellos. Mejor con una buena compañía. Deliciosa foto. Saludos.
Tengo la sensación de que ella deseaba pensar que algún día volvería para no perder la emoción de tener un secreto a su marido, puesto que ella lo único que hacía durante la supuesta espera, era vigilar cuando su marido salía de la fábrica y se dirigía con sus amigos al bar. Ella pretendía demostrarse que su vida no era tan aburrida como la de sus amigas o vecinas... es otra posible interpretación.
Un abrazo :)
Bonita imagen, un banco rodeado de unas longevas sequoias…buen lugar para sentar y alimentar por un momento tus sueños e ilusiones.
Saludos.
Quizás nunca nadie la viera... La foto estupenda como siempre.
Saludos y un abrazo.
Bonita fotografía para complementar este hermoso relato. Me ha encantado ñOCO lo bien que has descrito esta... "ilusión". Un abrazo.
Ramón
Un buen relato de amor-desamor. La foto muy en el tema.
Saludos.
Y mientras tanto Caperucita Roja seguía cantando por el bosque para horror de propias y extraños.
¡Por dios, decía el pobre Lobo, que alguien le de un paste! Mientras lo come no canta...
...no creo yo que las lentejas hagan el mismo efecto...¿o si?
b9b
La fe nunca se pierde y nunca se sabe si la preserverancia tendrá algún día su fruto. El fetichismo de la banca, el vello paraje y todo lo que rodea la foto, me deja una bella sensación de que algo paso ahí.
Saludos
Otro gran trabajo, me encantaría gozar de la imaginación y el don de saber escribir para lograr estos resultados...
Bajo la sombra de un árbol sagrado, todo puede suceder...
Un abrazo
Que bonito relato.
Bueno ya casi no quedan palabras ante tan elogiosos comentarios que ha habido. Me sumo a ellos.
Si a una magnífica toma de un banco, un árbol y un ambiente, le aplicamos un halo narrativo, esta queda de libro.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Me gusta.
Conforme iba leyendo el relato me venía a la memoria esa canción que decía "dime niña quien era, quien te mandaba flores por primavera, qien cada nueve de noviembre, como siempre sin tarjeta, te mandaba un ramito de violetas..." Y la verdad es que no sé por qué.
Un beso, muaaaaaaaaaaaaa,
PD: La foto muy linda
"El nunca acudió a la cita. Tampoco era necesario." Y aunque duelan las ausencias son suplidas por la dulce nostalgia del recuerdo. Y si cabe, aunque duelan, mucho más gratificantes que el aburrimiento cotidiano.
Excelente texto en el que queda claro que nada es más necesario que la fe en lo que puede ser aunque no esté siendo.
La foto genial como todas las tuyas.
Un abrazo
Um belo texto e para completar uma magnífica foto. Saludos
Memories are a treasure !
Hugs
It was THEIR bank, of course!!
De ilusión también se vive, que dicen los paisas
Es en la pubertad donde se cimentan las estructuras de todo lo épico que se pueda lograr en nuestras vidas, tal vez por eso tantos se reusan a crecer porque saben que es estar en la antesala de la muerte.
Un abrazo artista!!!
No te dejé ninguna nota en la puerta, para que no te sintieras obligado a visitarme :)
Un abrazo
Qué bonita imagen..
Un abrazo
He situado la acción en algún monte de Revilla de Camargo y la fábrica de ladrillos debe ser la Tejería Covadonga. Ella, sin duda, mi mujer.
¡Traidora!
Splendid green!
Publicar un comentario