Recupero este viejo post publicado en Outra Vaca No Milho, el 20/04/08.
Nunca pude imaginar, en aquellas fechas,
que el tema de los desahucios pudiera llegar a adquirir el dramatismo de hoy en día.
que el tema de los desahucios pudiera llegar a adquirir el dramatismo de hoy en día.
Sirva pues, esta recuperación, a modo de denuncia,
y homenaje a la PAH, Plataforma de los Afectados por las Hipotecas.
Ojalá su ejemplo cunda y las Iniciativas Legislativas Populares
se conviertan en una herramienta habitual de la ciudadanía democrática.
y homenaje a la PAH, Plataforma de los Afectados por las Hipotecas.
Ojalá su ejemplo cunda y las Iniciativas Legislativas Populares
se conviertan en una herramienta habitual de la ciudadanía democrática.
Los dramas humanos, no por ocultos se convierten menos dramas.
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En una esquina, una gata negra amamantaba a unos famélicos gatitos y tres gorriones buscaban una migas entre unos hierbajos.
Miraba. Él miraba lo que había sido su casa hasta anteayer. No habían pasado ni cuarenta y ocho horas. Más tarde habría de comentarme que hacía 44 horas que lo habían desalojado. Y allí estaba plantado, con todas sus pertenencias puestas. Ni una simple maleta donde guardar algún recuerdo. Bueno... sí. Lo que tenía al lado era una de esas maletas de la posguerra, como de lona, con unas rayas rojas y cantoneras de lata pintadas en un marrón, desgastadas por muchos viajes. Y sí, sí tendría sus pertenencias. Pero pocas podrían ser. Seguro. Serían pocas.
Dos de los gatitos miraban con curiosidad a los gorriones. Coches veloces apenas se interponían entre nuestras miradas. Todo eran miradas.
En el Primero Derecha vivía Asunción. No vive ya, murió de una neumonía el pasado invierno. Cuando Asu era joven, tenía su balcón lleno de geranios. Todos, todos de color rojo. Bueno, no. No. Uno, y todos los años uno, era blanco. Le gustaba explicar que, para ella, representaba su juventud perdida, y con ella la pureza. ¿Y el rojo, señora Asu?. No, el rojo es distinto. Es la pasión que todavía conservo, y quiero conservar. Es la sangre derramada, que he visto derramar de forma estúpida cuando era joven, Es el fuego, que espero que me caliente en los días venideros. Es el color de la esperanza...
No, señora Asu, creo que usted se equivoca, el de la esperanza es el verde.
No hijo, el de la esperanza en un mundo mejor, más solidario y justo, el color de la esperanza es el rojo.
En el Primero Izquierda... el primero izquierda estaba... estuvo habitado por Merche y su hijo. Habían llegado juntos hacía siete años.
Y el padre del niño ¿dónde está? Que no, que el niño no necesita padre, decía seria. Y debía ser así, dado que, por criterio unánime de la vecindad, era un niño perfectamente educado. Se le veía sensible, delicado, fino. Pausado en el hablar, entonación correcta y voz baja. Parecía extranjero, decían en la vecindad. Claro, la vecindad tenía la vaga idea de que los niños extranjeros no eran tan chillones y faltones cómo los de estos lares.
¿Y ahora? ¿La gata? ¿Se había ido?. Los gorriones continuaban allí. Y las tres palomas. Una gaviota sobrevolaba amenazadoramente. Las palomas la miraban de reojo. La sabían su enemiga.
Me parecía que hablaba solo, o que tal vez me convertía en un interlocutor invisible. Seguía contando. Tenía los ojos húmedos, enrojecidos, pero serenos, ahora, que se le estaba apagando el fuego. Tenía los ojos de la aceptación de una causa perdida, los ojos que sabían ver que nadie se molestaría por ellos, por unos viejos de nada.
Y en el Segundo Derecha estaba, sola, Pura la viuda. Viuda desde muy joven, viuda de un sargento del Ejército de Tierra. Contaba cómo en el 57, luchando contra los moros de Sidi Ifni, le reventó en las manos una de aquellas granadas atadas con alambres. Y contaba las historias de esa guerra. Decía ¿y vosotros qué sabéis? Mi Lisardo me escribía unas cartas aterradoras. El sofocante calor del día, el helador frío de las noches, ¿que sabéis del desierto?, decía. Ahora sólo veis postales pero mi Lisardo tenía que andarlo con aquellas alpargatas. Era duro, me contaba, y eso no lo mitigaba nada, ni siquiera aquellos cartones de tabaco, cajetillas, o cigarrillos sueltos que les enviaban desde Canarias. ¡Ah!, y el coñac. La radio se pasaba todo el día pidiendo para nuestros soldados, que estaban haciendo una guerra. Mierda de guerra. ¿Y que hacía el generalísimo?. Nada, no les daba ni armas ni nada. Y la radio poniendo discos dedicados. No les daba nada. Nada. Era increíble, no les daba nada. Pero no, los moros estaban allí, disfrazándose con pieles de cordero, los muy cabrones. ¿Y el Hospital Militar?. Siempre llegaba alguien nuevo. ¡Qué mierda sabéis vosotros!
Por favor doña Pura, no se nos enfade. Eso fue ya hace mucho tiempo.
Se sentó sobre el borde de la maleta, que se plegó ligera y silenciosamente. Debía estar casi vacía. ¿Qué llevaría dentro? ¿Cartas de su juventud? ¿Pequeños recuerdos de historia condensada?. Sí, creo que... seguro, que llevaría toda su vida.
Pasó el autobús. El 5. Lleno de gente con casa.
Me miré. Miré hacia mi interior y vi mi casa. ¡Cuántas cosas inútiles! Y, entre ellas... ¿tendría suficientes como para llenar una pequeña maleta? Me sentí desazonado.
Musitaba. Entrecortadamente, decía algo. Algo del Segundo Izquierda. Ahora caí en la cuenta de que tenía una cabeza ordenada. Repasaba su casa, sistemáticamente.
Estaba doña Isabelita. Aquella agradable señora, rubia blanquecina, de ojos azules y mirada clara, la que tenía siete hijos, ahora seis de ellos colocados y casados. El cuarto le salió mal. Ella, de natural oronda, no parecía preocuparle mucho. Sebastián subía hasta el último piso y, en el rellano, se liaba un poco de yerba. Era pacífico. Bajaba a casa, algo atontado, y no hacía nada. Sacaba a los perros a pasear. ¿No lo he dicho? Sebastián era ese hijo no colocado, no casado, el que le salió mal. Eso era todo. Doña Isabelita era feliz. Su marido había ganado bastante dinero pero le quedaba lo justo. Casi nada. Lo había dilapidado, se contaba, en el juego y mujeres. Lo del juego era conocido, se sabía dónde se lo jugaba. De las mujeres... nadie pudo probar nada. Pero la felicidad de doña Isabelita consistía en que era "doña", una señora, querida por toda la pequeña comunidad. A ella acudían en busca de consejo. Criar a siete hijos, una era hija, le daba una autoridad moral indiscutible.
En el rellano, arriba, donde lo de Sebastián, había una buhardilla. Normalmente nadie la ocupaba pero, de vez en cuando, aparecía una pareja de jóvenes y pasaban unos meses. En los últimos tiempos estuvo vacía. No tenía cerradura y los vecinos subían a dejar cosas que les estorbaban en sus casas, que eran muy pequeñas. Y cuando llegaba la pareja de jóvenes, sin escándalo de ninguna clase, se vaciaba todo, se llevaba a la basura y nada había pasado. Sebastián controlaba parte de lo que sucedía. En esos momentos, no fumaba. Ejercía la autoridad sobre su territorio pese a que nunca había traspasado aquella puerta sin cerradura.
Está la gata, de nuevo. Toma el sol. Los gatitos no se separan más de tres metros.
Le dije que si tenía casa nueva, o un lugar a donde ir. Casi sin mirarme, me contestó que no me preocupara, que sus problemas acabarían pronto. Viendo mi cara de sincera consternación, se apresuró a decirme de nuevo que no me preocupara, que no iba a hacer ninguna tontería. Y le creí.
Remigio, el zapatero, ocupó una esquinita del escaso portal. Allí estuvo hasta que los nuevos tiempos trajeron la tecnología. El decía que la "tenica" nunca sería igual que su trabajo manual, esmerado y pulcro.
Nunca pudo adaptarse a los artilugios mecánicos, sólo leznas, cuerdas, pegamento y poco más era su industria. Nunca llegó a entender la razón de que los nuevos zapateros hiciesen llaves. No andaba nada bien de salud. Un día desapareció. Nadie supo lo que había sucedido. Se especulaba con que una hija había venido para llevárselo a una residencia que las Hermanitas de la Caridad tenían en Palencia, en los alrededores, o por ahí.
Estaba intentando retener lo que me estaba contando cuando me dijo que perdonase, que tenía que marcharse, que había sido muy amable por haber estado charlando con él. Cogió la maleta, hizo una ligera inclinación de cabeza, giró lentamente y, con paso cansado, se fue calle abajo.
Lamenté no haber hablado más tiempo con él. Quizás tuviera muchas cosas que contar. Dándole tiempo, me hubiera dado una visión completa de los tiempos que le había tocado vivir. ¿Que sabía yo de esos tiempos? ¿Y mi maleta? ¿Tendría algo para guardar en ella?.
Triste, pero al mismo tiempo alegre, también me fui, sabiendo que el hombre de la maleta nunca haría una tontería. Seguro que tendría muchas razones para continuar viviendo.
Los gorriones se habían ido. Una gata, tres gatitos, algunas palomas, una gaviota... acompañaban a aquella casa. Pero no por mucho tiempo. En un lujoso despacho, del piso 13, unos hombres con maletines hablaban apresuradamente.
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557·CR175·130219 · El desahucio ©2013 412071022-c3066-El desahucio-w ©2007 |
73 "j i r o n e s del c r i s t a l":
Joder...amigo Ñoco y perdona por la expresión pero me hierve la sangre!
El relato es apasionante, cercano, real, tierno, cálido, triste y atroz... como cualquier relato que nos pudiese recordar a momentos y vivencias "en una guerra"...
La foto es fantástica con ese procesado casi pictórico...
Un abrazo amigo y "chapó" por tan buen trabajo.
Fotografía Juanjo Mediavilla
Estupendo homenaje a una situación horrible que estamos viviendo y algunos sufriendo en sus propias carnes.
La narración me ha parecido estupenda, la urdimbre de personajes que se entremezclan es inigualable.
Un abrazo.
Lástima que hayas recuperado la fotografía, y no será porque no me guste.
Amigo ñOCO, has conseguido emocionarme con ese relato tan bien construido y que sale de dentro, de muy adentro. Con personas de carne y hueso, con sentimientos y recuerdos que se van al traste en un abrir y cerrar de ojos.
Es la cruda realidad y una de las caras más oscuras y lamentables de la crisis que padecemos.
Un abrazo
Ñoco, haces bien en publicar esta entrada, reocordandonos que la historia se repite. Me llena de profunda tristeza al igual que a todos todas estas historias, ahora yo do dejo de preguntarme para que quieren tanto los buitres...
Un saludo
Has plasmado en este texto la historia de un edificio de los de siempre. Toda una vida tras cada una de esas ventanas y contada a traves de alguien que conoce bien de lo que habla, A pesar de su tristeza y su melancolia, coje lo poco que tiene y se marcha, con la dignidad de saber que pase lo que pase, no hará una tonteria...eso es lo ultimo!
SAludos.
Magnifico texto, amigo.
Literariamente perfecto donde el relato de los hechos reales vienen como en un tranvía, cada uno en su vagón. Una realidad que acucia y desahucia a personas con historias distintas,pero muy semejantes por un paralelismo que por desgracia se repite.¡Malditas gaviotas carroñeras!
Una foto magnifica para unas letras llenas de sentimiento.
Besicos, amigo
Recuerdo perfectamente esta entrada, aun no estaba en la blogosfera, pero una vez me la enseñaste para explicarme por qué la esperanza era roja, por qué para ti, casi todo lo bueno es rojo:-)
Recuerdo a tu hombre mirando junto a ti, a Dª Asun ( la que pintó de rojo la esperanza) a Merche y a su hijo,a Pura , la adorable Isabelita y el zapatero:-)
A veces me pregunto si los hombre del piso 13 tienen corazón o una piedra en su lugar y no... no es que no vena a la gente, sé que las ven, les he visto cómo les miran...pero no los ven.. no ven personas con una maleta, ven estorbos que se van fuera, solo eso. La primera vez que supe lo que veían fue cuando uno abogado de una banco me hablo de inmuebles con gusanos ¿sabes lo que son? inmuebles con inquilinos de renta antigua...ellos son eso para quienes las compran, gusanos a espachurrar, tristemente nada más.
Perdón por el rollo, ÑOCO no sabes lo que me duele este asunto.
T
u entrada una joyita a desemplovar de vez en cuando, como tú haces, graaaciaass...
Muuchos, muchos besos.
Ésto te dije:
‘Impecable, una historia entrañable que no puede pasar desapercibida a nadie.
Describes situaciones y objetos de tal manera que te ves inmersa en los propios acontecimientos, quitando hojas a los geranios, preparando la maleta de esquinas metálicas... una delicia.
Una historia contenedora de historias.
Que grande y que pequeña puede ser una maleta!!!
Seguro que tu llenarías, no una, varias maletas de buenos sentimientos, de emociones, de recuerdos...
Ps i As
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Harías muy bien en recuperar más joyitas de las que tienes por tus casas, harías feliz a muchos seguidores.
ñOCO... eres brujo? Adivino?
Tu historia, la historia ha evolucionada mal, muy mal, contranatura ... estos problemas en lugar de haberse solucionado con el tiempo, sería lo lógico, son más acuciados y generalizados.
De tu foto que decir, sabes que la original me gustó tanto que fui, hasta osada...
Ahora la veo mucho más desahuciada y me produce escalofrío. Una proyección de la realidad.
Decididamente... eres BRUJO
1MiRcR
Me uno a lo comentado por Mediavilla, impresionante Ñoco, te felicito
Una triste historia de nuestra decadencia, ñOCO. Y más triste aún cuando piensas qué poco se está haciendo para ganar esta guerra, y que para quién más podría hacer, el pueblo no es más que un hervidero de gusanos.
En fin, saludos.
Fíjate las vueltas que da la vida, desde 2008 a 2013 las cosas sólo han hecho que empeorar y los desahucios son, por desgracia, el pan nuestro de cada día.
Dramas humanos que acaban incluso en suicidio... Es irónica la realidad y vale, pues, ese dicho de que ésta (la realidad) siempre supera a la ficción.
Me ha encantado tu post.
Besos de buenas noches.
p.d. Somos afortunados por tener una casa y una cama que nos cobije en una noche lluviosa e intempestiva como la de hoy... somos afortunados y, a veces, muchas veces,no nos damos cuenta.
Lo siento pero me que quedado sin palabras.... demasiado triste... me removió muchos recuerdos. Quien no ha tenido una vecina Asunción? hasta el zapatero (en este caso mi abuelo) ocupando la esquinita del escaso portal.
Es triste, muy triste la realidad que estamos viviendo :( y es bueno que haya gente como tu que lo tenga presente. Gracias.
Es impresionante, por desgracia en estos días hay demasiados casos dramáticos de desahucios.
Un saludo
Me encanta la textura de lo viejo. Sí, los hombres de los maletines... Un abrazo.
Hace 5 años a mi no se me hubiera pasado por la cabeza hacer una foto así y menos escribir este relato.
Me sorprende la manera de tratar el tema, en el momento que lo escribiste: compasión.
Hace falta más de esta palabra en este mundo amigo, más de lo que podemos llegar a imaginar.
Es un placer tener amigos como tu, personas simplemente.
Un beso.
Poco o nada tengo qué decir pues ya todo lo han dicho, sólo que tu relato envuelve lo suficiente como para empatizar con quien hablabas. Empatía, simpatía, qué más da; hay una constante últimamente, a los más débiles los atacan como presas con sus perros y un gobierno que en su estado no reconoce a su pueblo no merece estar en el poder. Debe armarse nuevamente otro tipo de parlamento y cambiarlos a todos, sin miramientos. Lo importante es el pueblo, sus gentes. Los que ahora ostentan el poder son farsantes dentro de la burbuja de su capital pegando palos a todos lados, sobre los más viejos; eso principalmente.
Un gran relato, de la foto ni te cuento
Eso
Salud, Libertad y Monte
·deicaludos*A
Estoy un poco susceptible, estos temas me pueden, la verdad.
Yo utilizo el blog para evadirme entre comillas de la vida diaria, pero ver esto en el blog de un amigo me hace replantearme muchas cosas, el pensar por ejemplo de que me sirve a mi o a otros amigos un blog de fotos, de literatura, de lo que sea...si el mundo se hunde ante nuestros pies...en fin...
Un relato conmovedor, de candente actualidad por desgracia....
Buen trabajo amigo.
Buen homenaje, ya han dicho todo.
¡¡Qué país!! pero seguimos sin hacer absolutamente NADA de NADA.
Me levanto indignada cada mañana y me acuesto con la misma indignación que me levanto y desgraciadamente cada vez somos más, pero no terminamos de decir un definitivo BASTA YA... y mandar a todos los chorizos de este país al carajo.
Abrazote utópico, Irma.-
Una casa se puede vaciar en dos horas. Dos interminables horas en el más absoluto de los fríos. Mientras mi cuerpo helado y mojado por la lluvia estornudaba, mi corazón no sentía gran cosa... ¿Me habré convertido en estatua de sal?
B9B
Time has only made the beauty of this building more intense. Wonderful shot.
Si no estoy mal los desahuciados sobrepasan ya la cifra de los 350 mil en España. Los suicidios como la auto incineración son la protesta desorganizada de las "mayorías silenciosas" que con tanta satisfacción menciona Rajoy en todo momento.
La corrupción que hace millonarios a un reducido número de mafiosos políticos es la misma hemorragia que desangra a millones de trabajadores que se quedan sin empleo, sin pensión, sin donde vivir, es decir sin un país en su propio país o en cualquier otro.
Muy acertada esta denuncia las que deben multiplicarse y difundirse hasta más allá de lo necesario.
Abrazos Artista!!!
Y tanto que me lo pones difícil, dejar un comentario en esta entrada, maestro, es muy difícil, y eso que la leí en una escapada ayer, (estamos con la abuela).
La foto puede ser de tantos lugares, Cuesta de La Atalaya, El Cabildo, Tetuan...pero lo que más me recordó es la buhardilla donde se crió mi santa con su madre y sus cinco hermanas en La Reyerta, la foto es una maravilla y casi adivino en uno de los balcones el gatito que tenía Mila de pequeña.
El texto, ¡ufff! el texto me humedeció los ojos y hube de restregármelos antes de seguir leyendo.
Menos mal que nos queda el color de la esperanza.
Un abrazo, te echaré de menos cuando pise la nieve este fin de semana.
Se me olvidó comentar la música, me trajiste al recuerdo a Ramón Trecet y sus Dialogos en Radio-3, que años....
La fotografía está genial, tiene un procesado sensacional, que remarca ese estado de abandono, sin exageraciones, sin estridencias. Como fanático de las líneas, las hubiera enderezado, pero tal cual está, me gusta, eh? ;-)
No voy a entrar en el debate, en la vergüenza nacional que está suponiendo el tema de los desahucios, es que me enciendo, lo llevo muy mal.
Buen día, Ñoco.
Desgraciadamente un tema muy habitual en estas épocas y una vergüenza nacional y como dice chapiniki yo también me enciendo con estos temas... Buena fotografía para la denuncia.
Un abrazo.
Vivimos tiempos muy oscuros, nada parece ya tener sentido. El mundo tal como lo hemos conocido se transforman, nos lo roban, día a día. De este retroceso sin freno todos quedaremos afectados, unos mucho (más de lo soportable) otros menos, y my pocos no sólo saldrán fortalecidos, sino además más enriquecidos.
Solo acciones como la PAH se desvelan como útiles y necesarias. Tomar ejemplo y extenderlo a todas las protestas y acciones contra este espolio, eso es lo importante.
Gran entrada Ñoco, muy grande
Un abrazo
Ñ, me sumo a tu denuncia, por desgracia algunas personas están viviendo tiempos difíciles,oscuros,y ruinosos como la fachada de la toma...
Verguenza pura y dura, un Gobierno que consiente, que "sustraen" a los más indefensos para dárselo al poder fáctico de la banca, - Y del agún lado surgirá, este consentimiento- para permitir que se ejerza ese poder sobre los más indefensos, al margen de los cauces formales, sirviéndose de "SU" autoridad, presionado al "Poder Político"..
Volviendo a la entrada, Si, una fachada ruinosa, pero eso es lo que se ve en primera instancia, pero cuantas vidas existen tras esas ventanas tras esas paredes, hogar, calor de hogar, sentimientos, mimos, secretos,un lugar para vivir , creando en ellos una sensación de recogimiento, de seguridad, calma y tranquilidad.
Donde queda todo eso..... Esto es lo que están destruyendo El Poder Político y el Poder bancario, sin fijarse, -o no queriendo fijarse - en todo lo que ello conlleva...
Y todo eso desaparece, junto con las palomas, las gaviotas y los gatitos del tejado.....
TRISTEZA
Alguien debería pensar si todo esto vale la pena, si todo vale a costas de mantenerse en el PODER..... Se ha perdido la conciencia...
_ EXCELENTE Ñ.- Saludos.-
Para serte sincero todavía no he tenido tiempo de leerme el texto, aunque en cuanto tenga un rato lo haré. La foto de esa fachada me parece tremendamente buena y además refleja muy bien los tiempos en los que estamos viviendo. Un abrazo.
Una gran entrada, Ñoco!!!...sobre todo por lo que significa y por las conciencias que hace remover, lo malo es que no se remueven las que debieran...quizás porque ni saben lo que es eso, la conciencia, digo...
Un gran abrazo, puntal!!! ;)
Hola,Alfonso: soy Mila, has traído con esta entrada a mi memoria la buhardilla de mi infancia, a mi madre tendiendo la ropa y yo desde el otro lado de la carretera llamandola,"mama cusame" mientras ella esperaba que pasara el coche y me gritaba, "cruza.
Las escaleras de madera que fregaba con esparto y arena, mi gato gris pardo tumbado en una silla frente a mi cama,sus brillantes ojos eran mi faro.
El vecino de abajo no era zapatero, era güarnicionero y el bar de Serapio....
Gracias ñOCO porque con tu foto he podído traspasar ese muro que me impide entrar en mis recuerdos y disfrutarlos con cariño y un poco de añoranza.
Un abrazo.
E despois dis que non sabes escribir!
Esta fachada lémbrame a algunhas da zona vella de Ou... Ruinosa! Pero preciosa. A foto e a fachada.
Coma o estado do estado nestes momentos...
BQÑSMTS.
Ya he leido el texto. Una pasada de relato Ñoco. Un abrazo.
A veces la memoria limita con la rabia. Yo también creo que es el rojo el color de la esperanza como el verde lo es de la tierra y la vida. Me caen bien países como México o Portugal por tener los dos en su bandera y sin embargo, no veo el día de que una de las dos franjas rojas de ¿la nuestra? deje de ocupar el sitio de la morada...la combinación es un desastre y sin embargo... para mí es la más bonita del mundo, ya ves ;)
La foto es una chulada, el cuerpo al aire y el alma vieja... y el texto...me recuerda un poco a otro rojo, pesimista, lúcido, listo, bueno y rojo perdido :D
don Antonio Buero Vallejo.
Un beso, Ñoco
Un buen homenaje y un nuevo toque de atención hacia este gran problema y al que, los que pueden, no quieren dar solución.
Un abrazo
La foto es preciosa. Su textura te envuelve y te mete para adentro.
Y el texto está lleno de vida, aunque sea justo el retrato del momento en que la vida parece irse por el desagüe.
Porque lo peor ya no es que te quitan la casa: te quitan parte de tu vida.
Y todavía dirán que la anciana ésta de A Coruña es una cabezona por no quererse ir a una residencia o a otro piso de otro barrio.
Abrazos, Ñoco
Ojalá...
...La tuya, una mirada ausente. La suya, intensa, una mirada de unos ojos de fuego...Tú mirabas una casa ñOCO, él miraba su vida en esa casa.
Conmueve tu relato y tenía que conmover más a los pudiendo hacer algo, no ponen remedio para ello y siguen haciendo estas canalladas.
Un beso.
Con este relato demostramos lo poco que està haciendo esta sociedad en el tema desahucio .
un abrazo
fus
Me ha gustado mucho el relato ñOCO, cargadito de sentimientos a flor de piel, y con descripciones precisas. Se lee con interés y con facilidad. De la foto qué te voy a decir? Perfectamente revelada y con ese tono que le va al pelo. Es una entrada para quitarse el sombrero. Enhorabuena!!!. Un abrazo
Recuperar el pasado es tener vivida la memoria y de eso se trata para no repetir. Nada dura cien años...solo la integridad y bue algunas otras cosas mas...
What an interesting photo of an old building. Evictions are a challenging topic.
El relato es tan triste y tan lleno de vida al tiempo. Me gusta cómo relatas, enganchas.
Pero qué triste, y que asco (un asco profundo y vital) que suene tan actual.
Mi maleta estaría llena de cosas inútiles, estoy segura.
Besos. Hoy tu foto y tu relato me han emocionado.
No es que los señores del maletín no tengan corazón, que lo tienen, pero es un corazón que funciona automáticamente, movido por impulsos formados por chorros de petróleo. Para tener un corazón auténtico, de los que laten de verdad, hay que tener, además, conciencia, la sangre imprescindible para hacerlo palpitar y entrecortar con cada respiración. Ellos, los señores del maletín desconocen por completo el don de la emoción, que es lo único que cabe en una maleta y, cuando se vayan... lo harán con ella vacía.
Me solidarizo totalmente con la PAH, y todos los días, cuando los veo actuar, ajenos a mis pesadillas, me devuelven un trocito de la esperanza perdida.
Te dejo un beso Ñoco.
Miro la fotografía y me encanta .... empiezo a leer .... el tiempo me pasa lentamente, , me pongo triste, no tengo ya más palabras para decirte que cuando veo una de estas entradas tuyas ya ha merecido la pena el día ... Enhorabuena, Ñoco .... Un abrazo.
VERY BEAUTIFUL PHOTO !!!
Poco que añadir a los que ya te han comentado.
El procesado de la foto, mágico, especial, vitrificado, cómo ese instante que relatas.
Dos miradas, cada una con una intención, pero las dos compartiendo sentimientos.
Los pequeños detalles, para permitir el suspiro y el alivio, los gatos, los gorriones, el rosario de recuerdos de él.
No es el infierno es la indiferencia.
La indiferencia de esos señores del maletín, los avaros, los amorales y los que gobiernan sólo para favorecer a los poderosos.
Su insensibilidad me pasma y me asquea. Tu protagonista no iba a hacer ninguna tontería, pero a otros les ha podido la desesperanza.
Sé bien cómo trabaja la PAH, ellos no improvisan, se organizan, denuncian y combaten.
Esto es una guerra y de momento los "malos" nos están ganando.
Un abrazo, Ñoco.
Cuantas historias ocualtas tras la decadencia de la "fachada". Saludos.
nOCO, creo que ya te lo he comentado en otras ocasiones. Escribiendo y haciendo fotos, sabes poner el dedo donde duele, donde la sangre se altera y descompone en pequeñas humedades en los ojos.
ñOCO, me ha llamado la atención una frase que dices en tu relato y que tiene mucho que ver con como se puede entender este trabajo de divertirse haciendo fotos. La frase es esta " Yo trataba de encontrar la fotografía escondida"
Ese es el trabajo del fotógrafo, uno de los trabajos, una de las razones de todo esto. Buscar lo que hay detrás de lo que vemos.
Enhorabuena.
Un abrazo
A estos del piso 13 les daria yo .... yo que se .... que les daria?.... en fin ... que te puedo contar amigo, estremecedor relato, tan real como la vida misma, tan triste como una perdida cercana, tan surrealista como un Dali.... melancolico y con cierto sentimiento como El Requiem de Mozart...... no se que puedo hacer, me siento impotente, mientras veo como se parte el culo de risa, los del piso 13.
Un abrazo amigo y cuidate.
No queda mucho que decir de lo dicho ya por el resto de los compañeros, no queda mucho que decir sobre un tema de tan escalofriante realidad... El afán del dinero nos deshumaniza de tal manera que nuestra existencia ya tiene un precio. Precio impuesto por una minoria que cada vez tiene mas sed de poder.
Sobre tu texto... es sorprendente como con tus palabras vas avivando esa fotografía. Texto a texto hemos entrado en cada una de las viviendas y visto en silencio, sin alterar una milesima de segundo, el alma de cada uno de los habitantes. Casí se podia oler una deliciosa sopa de pollo en casa de doña Isabelita... se sentia el crujir de las escaleras de madera cuando Sebastian subía al rellano...
En fin Ñoco, eres capaz de dar vida, de hacernos imaginar, de entrar en tus historias, de olerlas, palparlas, sentarnos a una mesa, contemplar un paisaje o viajar en barco.
Yo te daría un premio literario, pero no puedo ofrecerte mas que un oloroso y sabroso lacon con grelos a cambio de que sigas regalandonos magnificas historias, historias tan humanas, tan reales, tan palpables y con esa esmerada sensibilidad.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS!!!
Me da que en la maleta sólo llevaba sus palabras marchitas.
Pues Sr. ñOCO sintiéndolo mucho para mi su fotografía esta vez quedó muy por detrás de su texto y he de decir bien alto que la foto de hoy me gusta.
Pero es que en su texto veo perfectamente esa maleta, la mirada, la suya, los gatos, los gorriones, es como si me estuvieras dirigiendo la mirada ahí a donde tu quieres que lo haga.
Lamentable, muy lamentable lo que está sucediendo AÚN con los desahucios. No tenemos vergüenza en seguir consintiendo que día si, día también sea noticia uno y nos quedemos mirando. Como no me toca a mi directamente. No puede ser que los que están arriba sigan haciendo a su antojo y que una minoría maneje todo a su antojo.
Estoy muy cansado. Realmente cansado de tanta injusticia, de tanto sinvergüenza, de tanto y tanto cada día ... Y no voy a seguir porque se cuales serán las siguientes frases.
ñOCO que es un usted un artista y que espero sinceramente que nunca más tenga que rescatar esta entrada para nada.
Chapeau !!!
Un abrazo.
Una foto hermosa, que remueve algo ahí dentro. Asoman recuerdo lejanos y a la vez, estás hablando de una temática tan cercana, tan de actualidad que llega a doler.
Una abrazo.
Noco, enhorabuena doble o triple o lo siguiente.
Has logrado con una imagen y un texto de fábula,personal, documental, real y cercano movilizar en esta SUPER entrada emociones y sentimientos que afloran con un común denominador en los comentarios, y a los que me sumo.
Un fuerte abrazo.
P.D.:Ah! Y gracias, también, por tus palabras en momentos pasados, amigo.
✿✿彡
Que fotografia!
Quantas histórias, quantas memórias, quantas tristezas!...
Você é um excelente escritor.
Bom fim de semana!
Beijinhos do Brasil.
¸.•°✿✿彡
Y eso que el derecho a vivienda esta constitucionalmente reconocido, una pena los días en que vivimos.
Excelente entrada, saludos...
Una captura con una fuerza tremenda y tremendo relato...Buena entrada...
Abrazotes
Noemí
Hay muchos tipos de injusticias, pero lo que esta ocurriendo con los desahucios es como para emular a Michael Douglas en "Un día de furia".
Tu relato es muy bueno. Cada desalojo es un drama que no entiendo como podemos seguir permitiendo.
Un saludo,
WOW !!
... this is absolutely fantastic, awesome mood in this picture!
Küsse mein Freund,
isabella
Belíssimo conto escrito! A foto é de uma textura incrível e bonita. Abrazo
foto y texto bien incardinados. hipotecas y vivienda....mucho engaño y autoengaño. saludos
Que dura puede ser la realidad. Que triste a la vez la impotencia.
Que mal la la sociedad que ha jugado durante mucho tiempo a ser y lo que no era y ha privado que los más desfavorecidos paguen las consecuencias. Que mal lo bancos por ser tan ruines.
Que mal el gobierno (los gobiernos) por permitir este desaguisado.
Un abrazo
Tremendo relato, amigo... Y ademas muy cotidiano...
El horror, ya se sabe, es mas horror cuando esta disfrazado en lo cotidiano.
Excelente imagen, ademas
Un abrazo
Relato de una enorme y trágica actualidad.
Historias que se acumulan y se solapan con las del dia siguiente y a las que pocas veces se les encuentra solución.
Un abrazo.
Triste y emocionante historia.
Espero que pronto los del piso 13 reciban su merecido.
Magnífico trabajo.
¿Qué podemos hacer?
Ñoco me ha encantado el relato, tan real que me ha parecido escuchar a este señor. La foto me gusta mucho reflejando muy bien el abandono y la decadencia.
Saludos
Saludos de USA.
Querido nOCO, el texto es increi-
blemente real. Es una historia
muy triste y que se repite dia a
dia. Muy linda tu entrada.
Love.
Cotiti.
Lo he vuelto a leer con mucho disfrute y me sigue pareciendo un relato vibrante, tierno, tremendo en su contenido...Y relatado con mucha magia.
Parece que el tiempo corra más en los blogs que en pos de la justicia. Una historia que tu rescatas y vuelves a nombrar porque nos estamos quedando sin rojo, sin esperanza.
Un abrazo,
Pues han pasado unos cuantos años y seguimos...peor.
Resulta que tú si que estás protestando..jejje...debería haberlo imaginado:)
El texto es enternecedor y desgarrador al mismo tiempo...igual que la foto.
Un beso grande, ñOCO
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